Muchas gracias, su excelencia. Pensé que no lograría entrevistarlo.
–Faltaba más, señor periodista. Pero le ruego que me trate sin cumplidos. Soy, apenas, el líder de un gobierno excelente. Si desea, puede llamarme “Patas de Pichiche”. Me da igual. Encuestas recientes y confiables me dan 90 por ciento de aprobación.
–En efecto. Pero estoy observando a su custodia y… ¿cómo le digo? ¿Tengo garantía para que luego de la entrevista no me trasladen al flamante Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot)?
–¡Descontractúrese, por Dios!… ¡Animo! ¿Qué lo trae por el país más seguro del mundo?
–El Cecot y esas imágenes de seres humanos allí detenidos, que recuerdan a los barcos de esclavos africanos en épocas de la trata.
–A ver… Pongamos las cosas en su lugar: en las imágenes que todo mundo ha visto, no hay esclavos, africanos, ni humanos. Son pandilleros. O sea, entes orgánicos que, morfológicamente, parecen humanos.
–Perdone el atrevimiento, señor presidente. Estoy enterado de las atrocidades cometidas por las pandillas en su país. Sin embargo, cuando usted negoció con ellas… ¿trató a sus jefes como entes o personas con derechos?
–Bueno… empecé mi campaña tratándolos con respeto, y me dieron el voto. Pero luego, ellos rompieron el pacto, y volvieron a cometer atrocidades. Eso originó el Cecot para combatir el terrorismo.
–¿Terrorismo? Creo que ni la ONU ha podido definir el terrorismo. ¿No sería pertinente decir “delincuentes del fuero común”?
–Mire usted. En mi época de estudiante le di vueltas al asunto y, desafortunadamente, no pude concluir la carrera. Mi padre, empresario exitoso, me convenció cuán inútil era, en este país, estudiar derecho. Entonces, dejé inconclusa mi tesis y me hice publicista.
–¿En qué versaba su tesis?
–Buena pregunta. Mi tesis se titulaba “El derecho penal, oxímoron del derecho constitucional”, y aspiraba a refutar las ideas del sicólogo estadunidense Leon Festinger.
–Perdone mi ignorancia…
–Nadie puede saberlo todo. Festinger fue pionero de la llamada “disonancia cognitiva”, y afirmaba que “un hombre de convicciones es un hombre difícil de cambiar”. Bueno… yo cambié.
–Entiendo. Eso fue a inicios de 2000, cuando usted simpatizaba con el frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), devenido en partido político… ¿no?
–Así es. Durante años las empresas de publicidad estuvieron a cargo de la propaganda política del FMLN. En 2012, con 31 años, fui elegido alcalde de Nueva Cuscatlán y, en 2015, de la capital, San Salvador. Pero en 2017 el FMLN me expulsó de sus filas, y al año siguiente fundé mi propio partido, Nuevas Ideas…
–Ideas que consistían en…
–En la idea de que ya no hay ideologías. Mis compañeros del FMLN, de fuertes convicciones, se negaban a entender. Frente a hechos que los contradecían, eran inmunes a las pruebas, y la argumentación racional. Si les decía “no estoy de acuerdo”, se alejaban. Si les mostraba hechos y cifras, dudaban de las fuentes. Si apelaba a la lógica, no entendían.
–Y así, en 2019, ganó las elecciones con más de 53 por ciento de los votos. ¿Esto quiere decir que a pesar de guerras y sufrimientos, el pueblo salvadoreño es sabio?
–Humildemente, no lo sé. Pero le aseguro que el director de la Policía Nacional Civil es uno de los salvadoreños más sabios que conozco. Siempre dice que “el policía es un juez en la calle”.
–Si usted se lanza a la relección en 2024, ¿la Constitución se lo permite?
–La Constitución no. Pero el “régimen de excepción” que renuevo cada 30 días, sí. ¡No tiene idea de la cantidad de felicitaciones que recibo por izquierda, centro y derecha! En este sentido, el Cecot es la mejor imagen de un país pacificado en tiempo récord. ¡Las técnicas de seguridad serán nuestro producto de exportación más valioso!
–¿Y qué hará con los 40 mil presos en el Cecot?
–Nadie piensa en ellos. Seguramente, morirán poco a poco. Sé de negocios. Fui presidente de la distribuidora japonesa Yamaha Motors Company, y representante de su fábrica de motocicletas.
–Perdón… no entiendo la relación entre ambas cosas.
–Es que usted pertenece al pasado. En cambio, yo estoy al tanto de lo nuevo. Por ejemplo, el ambientalismo. ¿Sabía que Nueva York se ha convertido en la sexta entidad estadunidense en permitir el compostaje humano?
–Explíqueme…
–Se trata de una técnica que nos interesa aplicar en el Cecot. “Polvo eres y en polvo te convertirás”, dice la Biblia. Empresas estadunidenses aseguran que el proceso es una opción ecológica después de la muerte. La llaman “reducción orgánica natural”. Una alternativa más ecológica que un entierro o una cremación.
–Vuelvo a la primera inquietud. ¿Puedo salir de acá sin problema?
–No se preocupe… ¿Lleva algún tatuaje en el cuerpo? ¿Es usted homo, bi, transexual? ¡Ja! ¡Ja! ¡Bienvenido a El Salvador, y buen viaje de regreso!