En El Salvador, Honduras, Guatemala y México, la mayoría de las adolescentes que se ven orilladas a migrar lo hacen por falta de empleo (45.7 por ciento), ya que junto con sus familias carecen de recursos económicos suficientes para vivir; en tanto que para 39.4 por ciento el detonador es la violencia social y sexual, según un estudio de la organización Plan Internacional.
En la presentación del documento, Juan Carlos Narváez, director de Investigación Multidisciplinaria Aplicada, Laboratorio Social (Imalab), expuso que otros de los motivos para migrar son la dificultad para acceder a la educación (11.7 por ciento) y la sensación de inseguridad (7.4 por ciento).
Asimismo, el estudio Mujeres Adolescentes en crisis: la vida en contextos de movilidad en la región de Centroamérica y México, en el que se obtuvieron testimonios y experiencias de 267 adolescentes, muestra que una de cada cinco encuestadas (19.1 por ciento) piensa que la violencia sexual o por razón de género es motivo para salir de sus países de origen.
Indica que la inseguridad y el abuso permanente, que también ocurren en el entorno escolar, en muchas ocasiones son causa de abandono de estudios y de desplazamientos internos. De las adolescentes encuestadas, 22 por ciento consideró que la violencia social y la que tiene que ver con razón de género también son factores para desertar de las aulas.
En su turno, el representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Giovanni Lepri, señaló que la violencia, el acoso y las agresiones por razones de género que sufren migrantes no ocurren sólo en sus naciones de origen, sino que continúan en su trayecto migratorio y en los lugares de destino.
“Lastimosamente, hay abusos y riesgos en los lugares de acogida o de asilo, y México seguramente no es un país sin un tema no grave en este sentido”, subrayó.
También criticó que frente a este “drama”, se planteen programas que lleven a poner inyecciones anticonceptivas a niñas de 12 años en adelante, “para que empiecen el tránsito y no queden embarazadas. Son cosas que deberían dejarnos a todos sin palabras, si esa es la protección frente a los riesgos”.
Ante ello, Lepri llamó a que se tenga cero tolerancia, aceptación y normalización de situaciones de este tipo y de otras violencias. como los secuestros y la desaparición de migrantes menores de edad.