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Economía

2023-03-15 06:00

Se debe reconocer que el gobierno ha hecho bien las cosas

Ante la inflación y la morosidad “el que no se ocupa es un miope”, sostiene Daniel Becker, presidente de la Asociación de Bancos de México.
Ante la inflación y la morosidad “el que no se ocupa es un miope”, sostiene Daniel Becker, presidente de la Asociación de Bancos de México. Foto Roberto García Ortiz
Periódico La Jornada
miércoles 15 de marzo de 2023 , p. 21

Tras dos años al timón, Daniel Be-cker, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM) asegura que si hay algo que se tiene que reconocer es que el gobierno actual “ha hecho las cosas relativamente bien”.

Manifiesta gusto por el hecho de que el país supo manejar bien las crisis económica y sanitaria, aunque no deja atrás cosas que se pueden hacer mejor, como invertir en temas energéticos, de infraestructura y de educación.

Afirma que la percepción que se tiene sobre México a nivel internacional es mucho más positiva que de forma interna, pues en el mundo todos coinciden que el país está en la mejor posición global para captar la mayor cantidad de inversiones.

Para describir el momento actual relacionado con la relocalización de empresas utiliza un ejemplo: es como salir a pescar en un día lleno de peces, pero no llevas caña ni anzuelo o los instrumentos suficientes. El país tiene algunos y hacen falta otros.

En su gestión fue testigo de un año histórico en materia de ganancias para los bancos, impulsadas por las altas tasas de interés y la liberación de reservas de capital, pero advierte que 2023 podría ser un año “no tan jugoso”.

En entrevista con La Jornada, antes de la 86 Convención Bancaria, que se inaugura mañana en Mérida, Yucatán, plantea que en materia de impago y tras un año en el que la inflación dejó vulnerable a la población de menores recursos “el que no se ocupa es un miope”.

–Llega a la ABM tras la crisis de covid, pero en un momento de subida de tasas de interés por la inflación ¿Qué balance hace sobre la situación económica del país?

–Más que un balance vayamos a datos duros. El año pasado se confirmó que el país creció poco más de 3 por ciento, cuando todo mundo dudaba y la mayoría de los analistas hablaban de un menor crecimiento. Fue mejor de lo esperado… Están las condiciones dadas para que, si sabemos capturar el valor de este nuevo tema de sustitución de importaciones y cadenas de suministro, pues veremos un país distinto.

“Pero, ¿cómo quedó la economía? Recuperándose de forma adecuada, con mejor comportamiento que otros países de similares ingresos en América Latina y con condiciones listas para tener un crecimiento potencial mucho más grande.”

–Se dudó mucho si se iba a crecer a los niveles que tenía planeado el gobierno, pero parece que se están dando las cosas, ¿cómo calificaría la gestión del gobierno en estos dos años que ha estado al frente de la ABM?

–Ha habido aciertos, desaciertos y cosas que se han ido corrigiendo sobre la marcha, pero, no hay que olvidar que a pesar de todo, el gobierno federal durante la pandemia decidió no inyectar recursos fiscales a la economía, las familias y las empresas. Analizándolo, fue una buena decisión, porque la pandemia fue mucho más duradera de lo que se esperaba, la recuperación fue mejor y, en términos generales, podemos no estar de acuerdo con algunas cuestiones, pero el gobierno ha sido prudente.

“La macroeconomía se ha manejado con gran responsabilidad; el coeficiente de deuda está en 49 por ciento del PIB, hay un déficit fiscal bastante acotado, una balanza de pagos buena, un tipo de cambio robusto, remesas, que no es una responsabilidad del gobierno, pero llegaron casi 60 mil millones de dólares.

“Entonces, dentro de todo, debemos reconocer que las cosas han salido razonablemente bien, quizá lo que tenemos que hacer es acelerar el paso para aprovechar esta coyuntura que tenemos y cambiarle el rostro al país.”

–¿Qué haría falta para concretar el potencial?

–Hay que mejorar la infraestructura, tiene que haber electricidad accesible, de calidad, que tenga, además, certificados de sustentabilidad, hay que trabajar en los puertos, que no haya cuellos de botella en las aduanas, las carreteras y, por supuesto, el elemento de educación, sobre todo por el nearshoring, el elemento de la mano de obra se necesita.

“Se debe de construir el camino, pero podemos generar desde un inicio un ambiente amigable para inversiones extranjeras y domésticas, generar certeza, certidumbre y si eso se logra podremos ir recogiendo los frutos, pero las condiciones están dadas, dependerá de nosotros si las aprovechamos o no.”

–Llega a la ABM en la reapertura de la economía, tiene contacto con diversos inversionistas nacionales y extranjeros, entonces, ¿qué percepción se tiene sobre México?

–Es un fenómeno interesante, afuera nos ven mucho mejor que lo que nosotros vemos a México. Por razones coyunturales me tocó ir a Abu Dabi y a Dubái con el canciller Marcelo Ebrard, hablar con los manejadores de fondos más importantes del mundo, y México es, por definición, el lugar.

“Lo que he escuchado, lo que se escucha en el mundo, es la gran oportunidad que tiene México de ser el país de mayor inversión extranjera de cara a la sustitución de cadenas de suministro, pero si no hacemos nada, por generación espontánea no pasa nada.

“Por ejemplo, es el día perfecto para ir a pescar, está lleno de peces, pero, no trajimos caña ni anzuelo, sí, estaba la oportunidad, pero no tuvimos los instrumentos.”

–¿El país tiene instrumentos?

–Tiene algunos y hay que construir otros, que son los que mencionaba, pero mientras tanto, quizá no tenemos la mejor caña, pero generar un ambiente amigable ya te da buenas herramientas.

–¿Observa una administración abierta?

–Indiscutiblemente. Debo de reconocer que, si de algo me voy muy agradecido, es con la apertura que tuve de todos los agentes y los diferentes actores. Con el Banco de México, con la Secretaría de Hacienda, con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, con la Condusef.

–Vivió un gran año para el sistema bancario, con ganancias históricas, pero ahora qué papel juega la banca ante esta situación, 2023 no pinta mal para el sistema bancario ¿o sí?

–El año pasado fue histórico, porque se incrementaron las tasas de interés y siempre hay un rezago sobre cómo se adaptan las tasas activas a las pasivas, pero cuando convergen, habrá utilidades normales, pero la rentabilidad del sistema fue de 17 por ciento.

“A raíz de las reservas que creamos durante la pandemia y habiendo despertado bien las carteras, se pudieron liberar reservas, entonces hubo varios efectos que permitieron las utilidades históricas.

“No estoy tan seguro que 2023 vaya a ser un año igual, por una simple razón: el Banco de México ha incrementado 6.5 puntos la tasa de referencia y el crédito es parte de los insumos de la estructura de costos de una organización, hoy hay un insumo más caro, por lo que podremos enfrentar pequeños incrementos en la morosidad en algunos segmentos.

“No estoy seguro que asociado al incremento de las tasas de interés volvamos a ver un año tan jugoso como el pasado; sin embargo, no hay un escenario malo ni catastrófico, quizá no tan bueno como 2022.”

–Siempre se habló de que las tasas de los créditos no subieron más allá que la del Banco de México ¿cómo se logró?

–Hay dos grandes teorías, establecer precios y poner topes o generar competencias.

“Fijar precios no ha demostrado ser la mejor decisión, poner techos tampoco, en ese sentido, creo, lo que tenemos que hacer como banca y sociedad es generar más competencia y la competencia ya se ve.”

–La inflación sí repercute en las personas de menores recursos, que pueden estar más sobreapalancadas ¿la morosidad incrementa o no les preocupa?

–A ver, el que no se ocupa es miope. La inflación ha sido mucho más persistente de lo que hubiéramos querido, de repente parece que llegamos al punto de inflexión y resulta que no necesariamente.

“Es claro, el peor impuesto, el más regresivo para los deciles más bajos de la economía es la inflación, pero a diferencia de Estados Unidos donde el nivel de apalancamiento de las familias es cercano a 100 por ciento, en México es de entre 16 y 17 por ciento, tan es así, que creo que aveces la política monetaria no es tan efectiva en México como en Estados Unidos… Sí habrá un sector que se pueda ver afectado, pero el nivel de apalancamiento de empresas y familias es menor, por tanto, no vemos un riesgo latente.”

–Para finalizar ¿cómo deja la ABM?

–Quedan varios temas pendientes, seguimos trabajando en la posibilidad que los contratos mercantiles y civiles de crédito tengan mediación, que quitemos trabajo a los juzgados, trabajamos con tribunales, la CNBV y la Condusef. Exploramos tener una ciberentidad para que no nos vulneren a ninguna de las instituciones.

“Hubo aciertos, errores, pero siempre con la intención de una ABM unida y con los temas sobre la mesa, los más importantes.”

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