Pekín. El presidente de China, Xi Jinping, prometió ayer convertir el ejército en “una gran muralla de acero que salvaguarde efectivamente la soberanía nacional, la seguridad y nuestros intereses de desarrollo”, en su primer discurso desde que asumió un tercer mandato presidencial de cinco años.
“La seguridad es el cimiento del desarrollo, mientras la estabilidad es un prerrequisito de la prosperidad”, declaró Xi en la sesión de clausura de la Asamblea Popular Nacional (APN), máximo órgano legislativo del país.
La APN anunció la semana pasada un aumento de 7.2 por ciento del gasto en materia de Defensa, cifra mayor de lo esperado.
Tras convertirse en el líder más poderoso de la nación desde Mao Tse-Tung, Xi indicó que el país debe lograr mayor autosuficiencia en ciencia y tecnología. Pekín ha tenido ese objetivo durante mucho tiempo, pero el deterioro de los lazos con Occidente, y particularmente con Estados Unidos, por la tecnología y la seguridad, ha inyectado más urgencia, indicó The Independent.
Se espera que Xi refuerce la supervisión del Partido Comunista Chino (PCCh) sobre los asuntos de seguridad, medida que se produce después de que remplazó a los principales funcionarios de seguridad con sus aliados de confianza.
En una reunión a puertas cerradas la semana pasada con asesores gubernamentales, Xi alertó que Occidente, encabezado por Washington, “ha implementado una contención integral para reprimir a China”.
Estados Unidos, Reino Unido y varias naciones han expresado su preocupación por la amenaza de una acción militar de Pekín contra Taiwán y la postura agresiva del país en el Mar de China Meridional.
Alusiones a Taiwán
En su discurso, el mandatario subrayó la necesidad de que China se oponga a las influencias “pro-independencia”, las actividades secesionistas y la interferencia de fuerzas externas, en alusión a Taiwán.
Declaró que la “reunificación nacional” es la “esencia del rejuvenecimiento nacional”, pero evitó hablar directamente de un posible uso de la fuerza militar para lograr este propósito, como sí ha hecho en anteriores ocasiones.
El también secretario general del Comité Central del PCCh aseguró que el desarrollo del país beneficia al mundo y que por lo tanto el gigante asiático no puede desarrollarse en aislamiento.
“Nos dedicaremos a la paz, el desarrollo, la cooperación y el beneficio mutuo, nos mantendremos firmemente en el lado correcto de la historia, practicaremos el verdadero multilateralismo y defenderemos los valores compartidos de la humanidad”, afirmó.
Mientras, el nuevo primer ministro de China, Li Qiang, aliado incondicional de Xi, trató de inspirar confianza dentro de la comunidad empresarial al decir en un discurso que el entorno para las empresas mejorará y que se dará el mismo trato a todo tipo de empresas.
A Li se le otorgó el segundo puesto más poderoso en el partido el fin de semana y tiene la tarea de reactivar la segunda economía más grande del mundo después de tres años de restricciones por el covid-19.