Ámsterdam. La Corte Penal Internacional (CPI) tiene previsto solicitar la detención de funcionarios rusos por deportar a niños de Ucrania y atacar infraestructuras civiles, trascendió en momentos en que se libran encarnizados combates por el control de Bakhmut.
En lo que serían los primeros casos de crímenes de guerra internacionales derivados de la invasión rusa a Ucrania, una fuente indicó a la agencia noticiosa Reuters que las órdenes de detención podrían incluir el delito de genocidio, y que se esperaba que llegaran a “corto plazo” si la petición del fiscal era aprobada por un juez de instrucción del tribunal con sede en La Haya.
El Kremlin niega haber atacado deliberadamente infraestructuras civiles en Ucrania y afirma que su ofensiva pretende reducir la capacidad de lucha de Kiev. Sin embargo, no oculta un programa en virtud del cual ha llevado a Rusia a miles de niños ucranios, pero lo presenta como una campaña humanitaria para proteger a los huérfanos y a niños abandonados en la zona de conflicto.
Kiev afirma que miles de menores ucranios deportados son adoptados por familias rusas, alojados en campamentos y orfanatos, reciben pasaportes rusos y son educados para rechazar la nacionalidad ucrania.
La convención de la Organización de Naciones Unidos sobre el genocidio define el “traslado forzoso de niños de un bando a otro” como uno de los cinco actos que pueden ser perseguidos como genocidio. A la pregunta de si los cargos de la CPI contra los funcionarios rusos podrían incluir dicho crimen, la fuente respondió: “eso parece”.
Sobre el terreno, ambas partes describieron combates incesantes en Bakhmut, pequeña ciudad en ruinas de la provincia de Donietsk que se ha convertido en el principal foco de una campaña invernal rusa.
Cerca de Kreminna, en el norte de Bakhmut, los soldados ucranios indicaron que estaban repeliendo los ataques intensificados de soldados cada vez más profesionales, mientras los rusos acercaban equipos pesados a la línea del frente.