A las 12 del día, todas las campanas de las iglesias de Madrid resonaron al unísono para recordar a las víctimas de los atentados del 11 de marzo (11-M) de 2004.
Hace 19 años, una serie de bombas caseras colocadas en trenes de pasajeros estallaron y la ciudad se sumó en una crisis, en lo que fue en el peor atentado en la historia de España, y uno de los más graves de Europa: 192 muertos y más de dos mil 200 heridos.
En los homenajes también hubo música, palabras de aliento e, incluso, alguna controversia provocada por la extrema derecha, que aun duda de la autoría de la matanza y de las investigaciones policiales, que apuntaron al integrismo islámico como el único responsable.
Ese día, minutos después de las 7:30 horas, estallaron de forma sincronizada hasta 10 bombas, fabricadas con el explosivo Goma 2. Los artefactos, ocultos en maletas deportivas, fueron colocados en cuatro trenes de la red de Cercanías, que une las zonas limítrofes con la capital, y en esa ocasión fueron colocadas en la vía férrea que va de Alcalá de Henares a Madrid.
Las explosiones sembraron el caos y llenaron de pesar y de duelo a la población, no sólo por los fallecidos, sino por los miles de heridos que luchaban por sobrevivir en los hospitales.
Como cada año, las conmemoraciones a las víctimas se hicieron en varios puntos simbólicos, entre ellos el pequeño bosque del Recuerdo, que se mandó sembrar con 192 árboles, entre cipreces y olivos, a las pocas semanas del atentado en el parque del Retiro.
A los eventos acudieron asociaciones de víctimas, dirigentes políticos de todos los partidos, representantes sindicales y de los colectivos, que durante esa crisis actuaron con celeridad para resolverla, principalmente el personal médico, los bomberos y la policía.
Uno de los actos principales se celebró en la emblemática Puerta del Sol, de la Comunidad de Madrid, donde se colocó una serie de ramos de flores en la placa que recuerda a los fallecidos y los heridos. Además, se pronunciaron algunos discursos.
El alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, señaló que “nunca debemos olvidar a las víctimas, y debemos estar siempre con ellas y sus familiares, por eso es obligatorio hacer este ejercicio de memoria, que también es de futuro, porque Madrid debe construir su porvenir sobre la tolerancia, la convivencia y honrando la memoria de aquellos que con su vida han pagado el fanatismo y la intolerancia”.
También hubo un acto en la estación de Atocha, donde estallaron tres de los cuatro trenes que sufrieron el atentado y hay un monumento en honor de los fallecidos. Ahí se escucho de nuevo la voz de los familiares, quienes pidieron respeto por sus seres queridos.