Londres. La BBC británica se vio obligada a suspender gran parte de su cobertura deportiva el sábado, después de que los presentadores se negaran a trabajar en señal de solidaridad con Gary Lineker, en una polémica sobre la libertad de expresión que amenaza con convertirse en una crisis para la cadena nacional.
Lineker, ex capitán de la selección inglesa de fútbol, el presentador mejor pagado de la BBC y presentador del programa de fútbol "Match of the Day", fue apartado de antena por la cadena el viernes después de que criticara la política migratoria británica a principios de semana.
Muchos programas deportivos no se emitieron el sábado como estaba previsto tras el abandono de varios presentadores, lo que llevó a la BBC a pedir disculpas a los telespectadores.
"Estamos trabajando duro para resolver la situación y esperamos hacerlo pronto", dijo la cadena en un comunicado.
La polémica sobre Lineker ha desatado un debate sobre la neutralidad de la BBC y ha enfrentado al gobierno con uno de los presentadores deportivos más populares y conocidos del país.
Lineker declinó hacer comentarios a los medios de comunicación al salir de su domicilio londinense el sábado, y no respondió a las preguntas de los periodistas a su llegada al King Power Stadium de Leicester, adonde acudió para ver jugar a su antiguo club.
La BBC se ha comprometido a ser políticamente imparcial, pero ahora se enfrenta a las críticas del opositor Partido Laborista y de comentaristas de medios de comunicación que la acusan de silenciar a Lineker en respuesta a las presiones del Gobierno conservador.
"La BBC no está actuando con imparcialidad al ceder ante los diputados conservadores que se quejan de Gary Lineker", dijo el líder laborista Keir Starmer a los periodistas en una conferencia celebrada el sábado en Gales.
La polémica se produce después de que el primer ministro británico, Rishi Sunak, anunciara a principios de semana una nueva ley que prohíbe la entrada de solicitantes de asilo que lleguen en pateras a través del Canal de la Mancha.
Lineker, de 62 años, recurrió a Twitter para describir la legislación como una "política cruel dirigida a las personas más vulnerables en un lenguaje que no difiere del utilizado por Alemania en los años 30".