Desde que Guillermo del Toro, Alejandro González Iñarritu y Alfonso Cuarón comenzaron a concursar en la historia reciente del Óscar, la presencia de los mexicanos en la ceremonia de entrega de premios de la Academia estadunidense ha sido constante y llena de triunfos. En esta edición 2023 los Tres Amigos se darán cita mañana en el Dolby Theatre de Los Ángeles para participar entre los favoritos de la Academia hollywoodense.
Pinocho de Guillermo del Toro es la gran favorita para llevarse el reconocimiento a la Mejor Película Animada; Bardo, de Alejandro González Iñarritú compite únicamente en la categoría de Mejor Fotografía; mientras que Alfonso Cuarón participa sorpresivamente como productor con el cortometraje Le Pupille, nominado en dicha categoría. De entre todas las nominaciones, el trabajo de Del Toro es el más destacado. Mención aparte merece el iztapalapense Diego Calva quien quedó fuera de las categorías pero cuyo trabajo destacó en Babylon.
El crítico de cine y colaborador de La Jornada, Leonardo García Tsao, considera que Pinocho, “tiene el trabajo de stop motion más espectacular que se haya visto en tiempos recientes. Además, Del Toro la ha filmado como una película de acción viva, por la forma con que está fotografiada y cortada en edición”, señaló.
Efecto entre niños y adultos
Esa opinión la comparte el académico y crítico Carlos Bonfil, para quien la cinta del director tapatío es su favorita. “Aprecio mucho el trabajo de Guillermo del Toro. Me parece que es una fidelidad a sus obsesiones y manías que ha tenido desde su primeras cintas y al parecer desde su infancia. Y el trabajo de stop motion verdaderamente notable. Creo que aquí hay que ver la paciencia, las colaboraciones técnicas tan estupendas que ha logrado tener para esta película”, dijo.
Entre los logros de Pinocho que destaca Bonfil hay varios, como el caso de su efecto en públicos infantiles y adultos. “Asustaba a muchos niños pero no dejaba de fascinarlos, y en el adulto despertaba cuestiones más personales de infancia, miedos, terrores. Creo que al lograr seducir a ambos públicos, al ver una película de animación tan distinta, en ese sentido el cometido de Del Toro es muy afortunado y es merecedora de una distinción de ese orden”, señaló.
Sobre las nominaciones de los otros cineastas mexicanos manifiesta un entusiasmo menor. Bardo, compitiendo por Mejor Fotografía, ha recibido el reconocimiento que merecía. “En lo personal creo que su mayor virtud ha sido que Darius Khondji pudiera aportar todo su talento en un fotografía bastante dislocada, pero que supo interpretar las intenciones del director”, explicó Bonfil.
Finalmente, está la sorpresiva participación de Alfonso Cuarón como productor de Le Pupille, una historia navideña protagonizada por un grupo de chicas que vive en un internado religioso, y que habla sobre la inocencia, la fantasía y la avaricia. El corto es el favorito para llevarse el Óscar de su categoría.
Del Toro ha sido nominado a los premios de la Academia en cuatro ocasiones. El laberinto del fauno concursó en 2006 por el premio al Mejor Guion Original y a la Mejor Película en Lengua Extranjera, pero entonces no logró llevarse ninguna estatuilla; dos veces sus trabajos fueron elegidos para participar por el premio a la Mejor Película, resultando ganador una vez con La forma del agua, en 2017, año en que también recibió el reconocimiento al Mejor Director. Su pasada nominación antes de Pinocho fue por El callejón de las almas perdidas, pero el mexicano no resultó ganador.
“La mejor noticia de todas es el reconocimiento a Guillermo del Toro que para mí sigue siendo uno de nuestros cineastas más originales, más fiel a sus temáticas y más sencillo en sus propuestas”, celebró Bonfil.