Personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León iniciaron al mediodía de ayer un recuento de los daños ocasionados durante la marcha del 8 de marzo en el palacio de gobierno del estado, considerado patrimonio histórico.
El pasado miércoles, un grupo de manifestantes rompió y prendió fuego a varias puertas de la sede gubernamental tras participar en la movilización para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
“Traemos un equipo de arquitectos que está viendo detalle por detalle para determinar lo que se dañó”, explicó la delegada del INAH en Nuevo León, Martha Ávalos Salazar.
Precisó que la mayoría de las puertas resultaron dañadas, luego de que ya habían sido restauradas y las entregaron formalmente hace dos semanas. La reparación duró nueve meses.
Ávalos destacó que los vitrales de la parte frontal del palacio aún no se han reparado, por lo que al menos esta vez no hubo una nueva pérdida de esos elementos.
Aunque se negó a dar una cifra de costos por la renovación, refirió que los gastos serán cubiertos por el seguro del inmueble, preservado como patrimonio histórico.
Por su parte, la fiscalía estatal reportó que 16 personas del sexo femenino fueron detenidas la noche del 8 de marzo por elementos de Fuerza Civil tras los ataques al edificio.
El gobernador Samuel García Sepúlveda afirmó que seguirán respetando las manifestaciones, pero tomarán “cartas en el asunto” para próximas concentraciones.
En tanto, la manifestación de más de mil mujeres en La Paz, Baja California Sur, provocó daños por un millón 400 mil pesos al edificio del Centro de Justicia Penal de la Procuraduría General de Justicia del estado, informó ayer el gobernador Víctor Manuel Castro Cosío.
Tras reiterar su respeto por las protestas de las mujeres en busca de la igualdad y equidad de género, recriminó el ataque a los edificios públicos.
Indicó que hubo destrucción de puertas, ventanas y computadoras, e hizo un llamado a los grupos feministas a que no vean a este gobierno como su adversario, porque no es ajeno a la causa de las mujeres.