Santiago de Chile., Transcurridas 24 horas desde el rechazo en la Cámara de Diputados a la reforma tributaria que buscaba recaudar 6 mil millones de dólares para financiar gasto social, el gobierno chileno masticaba las secuelas del fracaso que deja en ascuas, entre otros, planes de aumentar a 310 dólares mensuales la pensión garantizada universal que reciben un millón 600 mil personas y de costear las 300 mil cirugías de urgencia pendientes en los hospitales públicos.
El proyecto creaba un impuesto a la riqueza de uno por ciento para los patrimonios de entre 5 y 13 millones de dólares, y de 1.8 por ciento para los más grandes; también incrementaba la tasa de renta que pagan los tramos de ingresos medianos y altos, pasando las tres superiores de 30 a 35 por ciento; de 35 a 40; y de 40 a 43 por ciento para quienes perciben más de 10 mil dólares mensuales.
Dos terceras partes de la mayor recaudación proyectada provendrían del fortalecimiento de las capacidades fiscalizadoras de la administración tributaria en contra de la evasión y la elusión, pues se estima que en renta llegan hasta 40 por ciento del potencial recaudatorio, mientras en impuestos al consumo están en 23 por ciento.
El presidente Gabriel Boric reaccionó, primero, con una áspera crítica a la oposición derechista que, en bloque votó en contra, clausurándola por al menos un año, y también cuestionó indirectamente a tres parlamentarias izquierdistas que, inesperadamente, salieron de la sala y cuya ausencia resultó fatal.
“A veces parece que el objetivo de algunos es golpear al gobierno e impedir los cambios, pero se equivocan, porque no es principalmente al gobierno al que golpean o le propinan una derrota, sino a millones de chilenos y chilenas que llevan años esperando un país más justo, un sistema de salud que los proteja, un país con pensiones dignas”, dijo desde Arica, en el extremo norte del país.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, respaldó al presidente al señalar que rechazar legislar “es una buena noticia para quienes eluden impuestos de manera impune, de manera vergonzosa, y para quienes los asesoran, (porque) podrán seguir usando resquicios a su favor y que sin duda celebran la votación”.
El funcionario también ofreció realizar esfuerzos negociadores urgentes.
“Quiero invitar a que esta fractura no nos domine y a que la superemos. Ocuparé todo mi liderazgo y pondré a todo nuestro gobierno a trabajar para construir una mayoría que sí haga posible esta reforma.
“A quienes hoy rechazaron, o peor aún, salieron de la sala para no votar, les digo que en vez de iniciar una guerrilla de declaraciones y apuntarnos con el dedo, les tenderé una mano para que reflexionemos y lleguemos a un acuerdo que permita tener una reforma tributaria que mejore la distribución de la riqueza e incentive el crecimiento”, añadió.
La derecha alega que su rechazo se sustenta en que no hubo disposición a modificar el proyecto, lo cual el gobierno rechaza porque se discutió durante ocho meses en la Comisión de Hacienda de la Cámara.
Mauricio Morales, analista político, comentó en redes sociales que “la derecha resucitó al Boric del estallido social y le dio relato al gobierno, quedando ellos como representantes del abuso, la evasión, la elusión y la desigualdad. Mañana mismo deben decir cómo se va a aumentar la pensión universal sin reforma tributaria”.