Nueva York. Las autoridades de Estados Unidos dieron otra sentencia por el caso FIFAgate. Hernán López, ex ejecutivo de la empresa estadunidense 21st Century Fox, y la agencia argentina Full Play fueron declarados culpables por corrupción por un jurado federal de Brooklyn, en el contexto del megaescándalo de sobornos del ente rector del futbol mundial que estalló en 2015.
En contraste, el mexicano Carlos Martínez, ex presidente para América Latina de 21 Century Fox, fue absuelto pese a enfrentar los mismos cargos.
Después de siete semanas de juicio, las autoridades determinaron que el argentino Hernán López era culpable de participar en esquemas para sobornar a ejecutivos de la FIFA, Conmebol y, en el caso de Full Play, la Concacaf, con el fin de conseguir los derechos de transmsión de los lucrativos torneos de futbol.
Aunque López y Martínez eran parte del entramado de corrupción, habría sido el mexicano quien firmó un acuerdo en 2012, que según los fiscales estadunidenses, sirvió para limpiar las señales de soborno.
No obstante, de acuerdo con las investigaciones, Martínez habría estado menos involucrado en el caso que López.
La jueza instructora Pamela Chena aún debe anunciar una fecha para definir las condenas, que pueden elevarse hasta 40 años de cárcel para López y millonarias multas para él y Full Play.
De acuerdo con la justicia estadunidense, “los acusados utilizaron sus posiciones en el mundo del futbol internacional para participar en esquemas que implicaban la solicitud, oferta, aceptación, pago y recepción de sobornos y comisiones ilegales, principalmente para obtener lucrativos derechos de retransmisión de varios torneos y actos internacionales del balompié”.
El fiscal de Brooklyn, Breon Peace, festejó el dictamen. “El fallo es una contundente victoria para la justicia y para los fans del futbol de todo el mundo”, dijo.
“Los acusados escondieron sus actos corruptos tras intermediarios, cuentas bancarias en paraísos fiscales y una fachada de respetabilidad, pero no pudieron ocultarse de la justicia”, señaló por su parte el agente del servicio de impuestos Tyler Hatcher.
Full Play, con sede en Buenos Aires, propiedad de Hugo Jinkis y su hijo Mariano, participó en numerosos esquemas para pagar sobornos a ejecutivos de la Conmebol y Concacaf a cambio de los derechos televisivos y de mercadotecnia para varios torneos futbolísticos, entre ellos, partidos de clasificación de la Copa del Mundo y amistosos, la Copa Libertadores y varias ediciones de la Copa América.
Hugo y Mariano Jinkis, imputados en la primera acusación del caso desvelada el 27 de mayo de 2015, están prófugos de la justicia.
Conspiraciones millonarias
Por su parte, López, un alto ejecutivo de una filial de Fox responsable de desarrollar y llevar a cabo los negocios de transmisión deportiva de Fox en América Latina, se unió a Full Play y otros conspiradores en un esquema que involucraba el pago anual de millones de dólares en sobornos a funcionarios de la Conmebol para hacerse con los derechos de transmisión de la Libertadores.
Alejandro Burzaco, testigo clave de la fiscalía, aseguró que Fox Sports obtuvo los derechos de retransmisión de los Mundiales de Rusia (2018) y Qatar (2022) para Estados Unidos gracias a la intervención del entonces presidente de la Asociación del Futbol Argentino (AFA), Julio Grondona, “para gran decepción” de la cadena ESPN, que había transmitido todos los Mundiales desde 1982.
Burzaco también señaló como testimonio en otro juicio del FIFAgate que la mexicana Televisa y la brasileña Globo habrían pagado 15 millones de dólares a Grondona para conseguir los derechos de las Copas 2018, 2022, 2026 y 2030.
Un año más tarde, Televisa enfrentó una demanda colectiva en la Corte del Distrito Sur de Nueva York al ser acusada de inflar artificialmente las acciones extranjeras de la empresa en Estados Unidos, las cuales cayeron tras las declaraciones de Burzaco.
Sin embargo, la televisora mexicana llegó a un acuerdo la semana pasada para pagar 95 millones de dólares y resolver la demanda.
La fiscalía estadunidense ha acusado a más de 50 personas y a varias empresas deportivas de más de 90 delitos y de pagar o aceptar más de 200 millones de dólares en sobornos.
Una decena de dirigentes de futbol aún están en sus países, donde fueron procesados por la justicia local o están en libertad intentando evitar la extradición a EU.