Múnich. La fórmula ya es indescifrable para un PSG que ha invertido miles de millones de euros para ganar una Liga de Campeones. Año tras año es la misma historia de fracaso, esta vez fue ante un Bayern Múnich que los eliminó en la etapa de octavos de final del certamen. Ni Lionel Messi ni Kylian Mbappé, finalistas en la pasada Copa del Mundo, han sido factores para romper con el maleficio parisino. La última vez que estuvieron más cerca de coronarse fue en 2020.
Ayer en el Allianz Arena se presenció otro relato de terror para el PSG, que por segunda temporada consecutiva se quedó en la misma instancia. El Bayern los doblegó 2-0 en la vuelta de los octavos de final, en un marcador global que terminó 3-0 en favor de los teutones.
Sin Neymar por lesión, Messi y Mbappé se fueron diluyendo a medida que avanzaban los minutos y la eliminación se acercaba, sobre todo después de que el camerunés Eric Maxim Choupo-Moting, ex del PSG, anotara para el club alemán el primer tanto del partido a la hora de juego (61), antes de que Serge Gnabry sentenciara la eliminatoria en el tramo final (89).
“En el primer tiempo no hicimos muy bien lo que habíamos hablado antes. Había demasiados espacios. En la segunda parte defendimos mejor y fuimos peligrosos con el balón. Al final, merecimos ganar”, analizó el técnico Julian Nagelsmann.
Su homólogo Christophe Galtier no quiso pronunciarse sobre su futuro en el banquillo parisino: “Es demasiado pronto y mi futuro depende forzosamente de mi dirección, de mi presidente. Por mi parte, voy a mantenerme enfocado en el final de temporada, con energía y determinación”.
Pero este nuevo tropiezo europeo del ambicioso club francés no hace más que destapar los rumores.
Lejos del nivel que se puede esperar de una plantilla construida con muchos de los mejores jugadores del mundo, el PSG fue claramente inferior en los 180 minutos de eliminatoria a un Bayern que vuelve a estar entre los ocho mejores equipos del continente.
En la otra serie, el Milán resistió y logró su pase a los cuartos de final después de conseguir un trabajado empate (0-0) ante el Tottenham, en Londres.
El conjunto italiano, que supo defender la corta renta de un gol lograda en el feudo italiano, controló un duelo en el que los rossoneri no sufrieron demasiado y dispusieron de las mejores ocasiones para volver a los cuartos de la competición 11 años después.