Washington. Ucrania pretende que Estados Unidos le envíe las MK-20, bombas de racimo que se lanzan desde el aire, para liberar sus explosivos individuales desde aviones no tripulados, señalaron ayer Jason Crow y Adam Smith, integrantes del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.

Kiev instó a los miembros del Congreso a que presionen a la Casa Blanca para que apruebe el envío de ese tipo de armas no convencionales, aunque “no es seguro en absoluto” que el gobierno del presidente Joe Biden vaya a dar su visto bueno.

MK-20, con potencial para matar indiscriminadamente

Las municiones de racimo, prohibidas por más de 120 países, liberan normalmente grandes cantidades de bombas más pequeñas que pueden matar indiscriminadamente en una zona amplia, lo que amenaza a la población civil.

La petición se suma a la solicitud de proyectiles de artillería de racimo de 155 milímetros que Ucrania ya ha exigido, indicaron.

Ucrania espera que las municiones de racimo le den una ventaja en la dura lucha contra las fuerzas rusas en el este del país.

El gobierno ucranio ha dicho públicamente que quiere municiones de racimo estadunidenses. Sin embargo, la petición de las MK-20 –también conocidas como CBU-100– no había sido comunicada anteriormente.

La embajada ucrania remitió a la agencia de noticias Reuters al Ministerio de Defensa en Kiev, que no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

Una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional indicó que, si bien Ucrania y la Casa Blanca “coordinan estrechamente” la ayuda militar, no tenía “nuevas capacidades que anunciar”.

Desde el inicio del conflicto, el régimen de Volodymir Zelensky solicitó y recibió armas que Estados Unidos al principio rechazó entregar, como lanzamisiles Himars, baterías de defensa antiaérea Patriot y tanques Abrams.

Un paso demasiado arriesgado

Sin embargo las municiones de racimo podrían ser un paso demasiado arriesgado para el gobierno y algunos miembros del Congreso.

Sus detractores argumentan que, cuando las bombetas se dispersan, pueden mutilar y asesinar a civiles pero que tienen un alto índice de fallos, por lo que los artefactos sin estallar representan un peligro durante años después de que finalice un conflicto.

Un pacto de 2008 que prohíbe la producción, el uso y el almacenamiento de municiones de racimo ha sido adoptado por 123 países, entre ellos la mayoría de los 28 miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Estados Unidos, Rusia y Ucrania no se han adherido.

Por otra parte, el ejército ucranio confirmó haber identificado a un presunto soldado cuya ejecución se hizo viral en un video ampliamente compartido en redes sociales, y juró vengarlo.

“De acuerdo con datos preliminares, el fallecido es un soldado de la 30 brigada mecanizada, Tymofiy Mykolayovych Shadura”, declaró el ejército ucranio en Telegram, un día después de que el vídeo apareciera en las redes sociales.