Jenin. Fuerzas israelíes asaltaron ayer un campo de refugiados en la volátil ciudad de Jenin, en Cisjordania reocupada, y mataron al menos a seis palestinos, entre ellos un sospechoso de disparar a dos hermanos de un asentamiento judío cerca de la localidad de Huwara la semana pasada.
Imágenes que circularon en redes sociales mostraron helicópteros sobre una columna de vehículos militares entrando en Jenin, uno de los principales centros de facciones palestinas armadas en la reocupada Cisjordania.
El premier israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que el sospechoso de los asesinatos en el asentamiento judío, que desencadenaron una violenta reacción de colonos contra la aldea palestina de Huwara, fue abatido ayer por fuerzas israelíes que operaron “quirúrgicamente en el corazón de la guarida de los asesinos”.
El ejército israelí identificó al agresor como Abdel-Fattah Kharusha, miembro del grupo islamita Hamas, e informó que sus dos hijos fueron detenidos en una redada realizada al mismo tiempo en la ciudad de Nablus, otro centro de actividad de milicianos en Cisjordania.
La semana pasada, los colonos incendiaron un centenar de coches y una treintena de casas en Huwara, después de que dos hermanos fueron baleados presuntamente por un palestino mientras estaban sentados en su coche en un puesto de control cercano.
La matanza, calificada de “pogromo” por un alto mando israelí, desató la indignación y la condena mundiales, que aumentaron cuando el ultranacionalista ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, responsable de algunos aspectos de la administración de Cisjordania, declaró que Huwara debía ser “borrada”. Smotrich se retractó, de manera parcial, de sus dichos.
Al menos 16 palestinos resultaron heridos en el tiroteo de ayer, que estalló después de que las fuerzas israelíes rodearon una casa del campo y utilizaron misiles disparados desde el hombro frente a los combatientes palestinos que se encontraban dentro, los cuales respondieron el fuego. Al mismo tiempo, otras personas del campo lanzaron piedras y artefactos explosivos contra los soldados israelíes.
La operación del martes se conoce tras un importante refuerzo de las fuerzas israelíes en Cisjordania a raíz de la violencia en Huwara, que se encuentra cerca de un importante cruce de carreteras donde colonos y palestinos se han enfrentado con frecuencia.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, reiteró durante la noche su llamado a ambas partes para rebajar la tensión en Cisjordania, y se espera que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, aborde el tema de la violencia cuando visite Israel esta semana. Sin embargo, no hay indicios de que la hostilidad vaya a cesar, en vísperas del comienzo del mes sagrado musulmán del Ramadán y de la Pascua judía.
Desde principios de año, las fuerzas israelíes han matado a más de 70 palestinos, entre militantes y civiles; en el mismo periodo, los palestinos han abatido a 13 israelíes y a una ucrania en una serie de ataques aparentemente no coordinados.
En tanto, un número creciente de reservistas militares de Israel, incluidos miembros de su escuadrón de la fuerza aérea más importante, se niegan a asistir al servicio militar, actitud sin precedente que se genera como parte del movimiento de protesta contra el nuevo gobierno de extrema derecha del país, informó The Guardian.
En un anuncio del pasado domingo, 37 de los 40 pilotos en reserva del 69 escuadrón de élite advirtieron que no tomarán parte en un ejercicio de entrenamiento esta semana, y que en cambio participarán en las protestas públicas, al asegurar que no están preparados para servir a un “régimen dictatorial”.