El mundo vive un tránsito hacia ninguna parte sin guía ni terminal de llegada. EU sigue siendo la fuerza de mayor peso, pero hoy está impedido de decidir el rumbo. Nadie tiene esa capacidad. EU no sabe hacia dónde va, ni está en posibilidad de crear un futuro que supere su condición decadente; sólo continuará en su puja por ser el mandón in sæcula sæculorum. Aludo a sus fuerzas políticas dominantes.
EU puede alzar la voz y amenazar, puede romper con sus botas (casi) todo lo que no le gusta, pero su verdadero poder del siglo XX ha caducado. EU fue la fuerza que moldeó el pasado siglo, pero fue demasiado: quedó exánime para todo tiempo futuro. Siempre es posible un cataclismo porque éste, el más fuerte, dé manotazos a diestra y siniestra y uno de ellos atine en el botón que desate el Armagedón. Sería el último gesto de su actual flaqueza, porque sucumbiría junto con los demás. Si eso no ocurre, continuaremos viviendo en el desasosiego: una incertidumbre mayor que nunca, que no prefigura futuro alguno. Pero ello mismo otorga un margen de libertad que no habíamos conocido desde tiempos inmemoriales. Sin proyecto hegemónico de gobierno del mañana, el futuro es de todos.
Es el momento de América Latina. Quizá de todo el sur global. Es el momento del arrojo, de la invención, de la experimentación social y económica, del pragmatismo: con los ojos abiertos para descubrir asideros cada vez más claros hacia el futuro, siempre sin perder de vista que el capitalismo cumplió hace mucho, con creces, su rol histórico y, ahora, en su decrepitud, no hace sino aportar daños espeluznantes al planeta y a la inmensa mayor parte de los humanos. Los seres racionales deben sepultarlo con una salva de dicterios sin medida ni clemencia. El pasado siglo la izquierda socialista supo que debía enterrar las certezas que la acompañaron durante ese lapso. Las derechas creyeron que habían ganado la batalla definitiva. Ignoraban que también habían perdido sus propias certezas: ahora tenían un capitalismo que sólo producía desigualdad, y creyeron que no importaba. La falta de futuro para el capitalismo, esa oscuridad, es nuestra nueva libertad, es hora de la creación para todos.
Nadie tiene recetas para este momento de la vida humana. Por esa razón inapelable los pueblos como nunca pueden tomar el presente en sus manos, buscar a sus compañeros de infortunio y de futuro y marchar juntos resueltamente hacia la neblina de su destino: a inventar el presente de cada día, y a descubrir cómo debe tejerse el porvenir. La incertidumbre es hoy la madre de todas las posibilidades. La inercia en la inactividad, es decir, sin cambios y más cambios, sólo nos mantendrá en el capitalismo exánime y su irremediable pudrimiento.
La economía mexicana marcha mejor de lo que las derechas esperaban. Lo de hoy para nuestro país, en el campo de la expansión industrial, es el nearshoring. No nos ufanemos demasiado, no somos el paraíso de las oportunidades del desarrollo industrial. Estamos siendo “favorecidos” por las decisiones imperiales de reorganizar la globalización. Estamos creando espacio económico interno a costa de China. Entremos sin complejos negociando lo mejor de lo mejor para los trabajadores mexicanos. Pero no perdamos de vista la verdad del presente, porque lo mismo ocurre en EU: el empleo está creciendo porque los salarios reales se hallan abatidos, a pesar de haber recuperado algunos palmos de terreno. La “tierra de oportunidades” que ve el capital trasnacional en México, consiste en la vida achatada de los trabajadores.
Fueron destruidos los sindicatos en los países “desarrollados”, mediante grandes olas de desempleo a partir de los años 1990. Y fueron adormilados los trabajadores con el rollo neoliberal según el cual cada uno es el responsable de su propia suerte. Todo eso fue en realidad una confesión de parte de que el capitalismo estaba agotado; ya no podía generar las ganancias de capital necesarias, más que a costa de aplastar a los trabajadores y sus salarios. El aumento de la productividad, ese “secreto” de posguerra que produjo en esos países bienestar creciente para todos, ya no está a su alcance, a pesar de sus “revoluciones” tecnológicas.
El director imperial de la orquesta perdió la batuta el siglo pasado. El pasado 3 de marzo el US News & World Report publicó un informe que recogía datos económicos de tirios y troyanos gringos. El reporte fue titulado “Economic Project? Confusion”. Así andan. Por eso el oxímoron gobierna: “La economía está demasiado caliente. Sin embargo, se encamina hacia una recesión. El mercado inmobiliario está por los suelos. Sin embargo, las ventas de viviendas nuevas están en su nivel más alto de los últimos 10 meses. La Reserva Federal ha perdido el hilo de la inflación. Sin embargo, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dice que la desinflación ‘ha comenzado’. Cada una de las afirmaciones es cierta. No es de extrañar que la economía parezca tan confusa para los estadunidenses”.
Así va su vida actual.