Ciudad de México. Los cigarros electrónicos, prohibidos por decreto presidencial desde mayo de 2022, se siguen vendiendo en el país; además, la exhibición de cajetillas en puntos de venta continúa en algunos negocios, debido a las suspensiones definitivas que han obtenido en contra de la aplicación del nuevo Reglamento para el Control del Tabaco, advirtieron organizaciones civiles.
Una investigación realizada por Comunicación, Diálogo y Conciencia (Codice) encontró que en 29 por ciento de los establecimientos de diversos giros comerciales están disponibles los sistemas electrónicos de administración de nicotina y que la vigilancia de la autoridad sanitaria disminuyó.
Entre septiembre y octubre de 2022, la agrupación visitó 500 lugares de venta en la Ciudad de México, Aguascalientes, Puebla, Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas. En 145 de éstos se comprobó la venta, publicidad y oferta de los dispositivos de manera abierta o clandestina.
En cuanto a la exhibición de productos del tabaco en puntos de venta, que se prohibió en el nuevo Reglamento para el Control del Tabaco –en vigor desde el 15 de enero pasado–, las tiendas Oxxo interpusieron un amparo indirecto y obtuvieron del juzgado segundo de distrito en materia administrativa la suspensión definitiva en contra del ordenamiento, por lo que desde hace dos semanas volvieron a colocar las cajetillas de cigarros a la vista de los usuarios.
De acuerdo con Erick Antonio Ochoa, director de la asociación civil Salud Justa, en otra veintena de demandas también se han concedido suspensiones definitivas contra las medidas de ambientes libres de humo y la prohibición de exhibición de los productos en los lugares de venta.
Destacó que la mayoría de las demandas de amparo han sido rechazadas por los juzgados, incluso la interpuesta por Walmart.
El activista también resaltó que la prohibición de todo tipo de publicidad, promoción y patrocinio de productos del tabaco, así como la exhibición de cajetillas en las tiendas, tiene como objetivo principal evitar la exposición a menores de edad.
La mayoría de los adultos que fuman ya saben cuál marca y submarca compran, pero a la industria le interesa llegar a niños y adolescentes para inducirlos al consumo de cigarrillos, sostuvo Antonio Ochoa.
En tanto, la investigación de Codice sobre venta de cigarros electrónicos se realizó en plazas comerciales grandes y pequeñas, tiendas especializadas de productos de tabaco o tabaquerías, mercados de venta de fayuca e importaciones, puestos de revistas, tiendas de cultura o arte urbano, locales para tatuaje, tiendas de patinetas, así como de insumos para graffiti y barberías.
De esta manera, se identificaron varias prácticas, como la exposición de productos en lugares accesibles a menores de edad, por ejemplo, negocios donde se venden fundas para celulares, croquetas, dulces, ropa, patinetas y llaveros.
En otros sitios se ofrece la entrega a domicilio a partir del contacto en puntos de venta, compras por Internet y redes sociales. Asimismo, se encontró información “dudosa” sobre contenido de nicotina en cigarros electrónicos desechables y líquidos para los que son recargables.
En el mercado artesanal, la venta de los líquidos se realiza sin información sobre el potencial riesgo que implica la mezcla de ingredientes como glicerina vegetal, propilenglicol o glicol de propileno grado alimenticio, saborizante diacetilo o nicotina líquida 99.9 por ciento de pureza grado farmacéutico.
El grupo de investigación también descubrió algunas máquinas expendedoras en zonas donde viven personas de altos ingresos económicos, en particular en bares y restaurantes.