El quinto año de gobierno representará un viraje importante en la actividad internacional del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se apresta a tener una mayor influencia en América Latina con la convocatoria a una cumbre contra la inflación y una gira por el sur del continente.
La semana pasada, López Obrador anunció la preparación de una cumbre en abril para buscar acuerdos que permitan enfrentar el fenómeno inflacionario y mitigar su impacto en la población.
El acelerado aumento mundial del costo de la vida ha golpeado en distintas formas a los países latinoamericanos: Argentina enfrenta un problema crítico, con un alza del índice de precios al consumidor cercano a 100 por ciento; Colombia registra 13.3 por ciento y Chile, 12.3 por ciento.
Bolivia abrió el año con 3.12 por ciento y Brasil con 5.8 por ciento, mientras México se encuentra en una posición intermedia, con 7.9 por ciento.
Gira a Sudamérica
López Obrador no ha confirmado una prevista gira por Sudamérica, pero anticipó que, de ocurrir, visitará Chile en septiembre, en el 50 aniversario del golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, e incluiría en su itinerario visitar Brasil, Argentina y Colombia.
Una nueva correlación política en Sudamérica ha favorecido el cambio en el foco de atención de México: en marzo de 2022, Gabriel Boric se convirtió en presidente de Chile; en agosto, Gustavo Petro en Colombia y, al arrancar 2023, Luiz Inácio Lula da Silva volvió a la presidencia de Brasil.
Bajo la idea de que la “mejor política exterior es la política interior”, a lo largo de su sexenio el presidente se había mantenido al margen de la mayor parte de los encuentros internacionales.
En esos escenarios, México ha estado representado por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, incluso en el G-20, que reúne a las 20 economías más grandes del mundo. Sin embargo, a final del año pasado hubo algunas señales de cambio en esa línea.
Perú y América del Norte
La crisis política aún en curso en Perú estalló casi en coincidencia con la fecha prevista para la cumbre de la Alianza del Pacífico, la cual se realizaría en México en diciembre pasado.
En dicha cita, el gobierno de López Obrador debía entregar a Perú la presidencia pro tempore.
La destitución y el encarcelamiento del presidente Pedro Castillo modificó el escenario: México pospuso primero y luego canceló la reunión, y encabezó un pronunciamiento de condena de los hechos en la nación andina, tal cual lo hicieran Argentina, Brasil y Colombia.
En las semanas siguientes, López Obrador endureció su discurso de crítica al país andino.
La mayor proyección internacional del mandatario hasta ahora ocurrió en la Cumbre de Líderes de América del Norte en enero, la cual le permitió un acercamiento con sus principales socios comerciales, en el inicio del quinto año de gobierno.
Al margen de la cumbre, López Obrador mantuvo sendas reuniones bilaterales con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Como eje de esos encuentros, el Ejecutivo mexicano impulsó su propuesta de integración hemisférica.