La tesorera de la Federación, Elvira Concheiro Bórquez, dio un panorama de lo que encontró al ocupar este cargo a petición del presidente Andrés Manuel López Obrador: una entrega absoluta de la Tesorería a los intereses de la banca privada, en procedimientos, normas regulatorias y hasta relaciones con funcionarios que se encontraban a su servicio. El Banco de México, aseguró también, juega un papel central en esta trama.
En el primer conversatorio del ciclo llamado El presente de México y lo que sigue, organizado por un grupo que se ha denominado Reflexión Ciudadana, en coordinación con algunas unidades académicas de la Universidad Autónoma de Puebla, Concheiro compartió escenario con el estudioso y activista social Armando Bartra Vergés. El acto fue coordinado por Aurelio Fernández, director de La Jornada de Oriente.
Elvira Concheiro explicó que el cien por ciento de la captación de recursos que hace el gobierno federal pasa por 24 bancos, los cuales, “como dice el Presidente, sudan el dinero cuando menos dos días”, pero además cobran comisiones al gobierno por hacerlo, es decir, además de los elevadísimos intereses que imponen a sus clientes por préstamos y las comisiones por operaciones, que son de las más altas del mundo, las instituciones crediticias cuentan con el beneficio que les da el manejo de los fondos públicos. “Algunos bancos nos cobran por las operaciones más de lo que nos dan como intereses”, dio a conocer la politóloga del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Estamos hablando de que los más de 3 billones de pesos que entran anualmente del presupuesto pasan por la banca privada en un flujo permanente, todo el tiempo, porque todo el tiempo estamos pagando impuestos. Entonces, la banca privada vive y tiene esas altas tasas de ganancia gracias a ese flujo permanente que toda la sociedad le damos”, apuntó.
Agregó que “existe una escandalosa diferencia en la tasa que le pagan a la hacienda pública por el manejo de los recursos y la tasa que la banca cobra a sus clientes”.
Luego, acusó: “es una banca parasitaria que vive de los recursos públicos y que le saca el mayor jugo posible a ese presupuesto”.
En esa lógica, Elvira Concheiro advirtió que el entramado legal, técnico e institucional que permite esta usura es complejo y muy bien diseñado, al punto que en este momento la Tesorería de la Federación ni siquiera puede recuperar sus facultades de recaudación y distribución de recursos públicos, debido a que se lo impide la normativa que brinda autonomía al Banco de México, la instancia que rige la política monetaria de la nación.
La tesorera declaró que el sector bancario reportó el año pasado ganancias estratosféricas, del orden de 200 mil millones de pesos.
Concheiro señaló que los intentos de recuperar las funciones de la Tesorería de manera directa, se topan con las disposiciones del Banco de México que, por ejemplo, que no le autorizan el llamado SPEI (Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios) que le daría la posibilidad de manejar transferencias bancarias, lo cual sí se le permite a toda la banca. Si la Tesorería manejara los recursos, apuntó, obtendría los beneficios que la banca privada percibe, pero en favor de los programas gubernamentales y un manejo soberano de los recursos de la nación.
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