Ciudad de México. Con familia, parejas, amigos o en solitario, alrededor de mil personas que disfrutan de su liberación anticipada acudieron ayer a la decimotercera edición de la estrategia Un Domingo más en Libertad, del Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México que se efectuó en el Museo Soumaya.
GALERÍA: Sin estigmas, ex reos visitan el Museo Soumaya.
Las esculturas renacentistas La Piedad y David, del artista florentino Miguel Ángel, La puerta del infierno, de Augusto Rodin, ubicadas en el vestíbulo, atrajeron su atención y las llevaron a tomarse la fotografía del recuerdo.
Otros aprovecharon para recorrer una o las seis salas del museo, al que “nunca habíamos entrado por desconocimiento, falta de tiempo, pensar en el cobro o hasta miedo de pasar por el arco metálico y revisión de bolsas”.
Algunos de los beneficiarios del programa entrevistados, consideraron que “es algo maravilloso, porque podemos continuar nuestro proceso de reinserción sin miedo a que nos rechacen, nos vean como un número o simplemente no nos dejen entrar”.
Para América, quien estuvo ocho meses en prisión, “la oportunidad de cumplir cuatro años en libertad, acudiendo a firmar y tomando cursos que me permitan salir adelante, como el de maquillaje, donde ya me gradúe, y visitar museos, es una gran experiencia”.
Comentó que el miedo al rechazo “cuando empiezas tu proceso de reinserción es bastante duro, pero vas avanzando y ahorita la verdad no me da pena y me siento muy contenta, porque vienen más proyectos, como la bolsa de empleo y espero tener uno pronto”.
Salvador acudió con su esposa e hija a disfrutar de la visita al inmueble y después ir a comer a McDonalds, “lo cual es mejor que estar encerrado donde pasé ocho años, tres meses y 14 días, y estaré firmando cuatro años y tres meses”.
La posibilidad de acercar actividades deportivas, culturales o lúdicas a este grupo de la población ha representando una “mejor estrategia para saber si una persona está lista para reinsertarse, que dejarlos en las aulas, y con su asistencia lo demuestran”, afirmó Arturo Morell, director del Instituto de Reinserción Social, dependiente de la Secretaría de Gobierno.
Explicó que con el apoyo de la Fundación Slim se logró que acudieran, aunque era gratuito, y es considerado uno de los mejores a nivel internacional, pero sin impedir el paso al resto de visitantes.
Dijo que se trata de que la obligatoriedad de sellar cada mes su carnet sea una actividad lúdica, permita la empatía con el entorno y “darles la dignidad a las personas, lo cual ayuda a su autoestima, facilitándoles su reinserción en la sociedad”.
También los hace ser más responsables de sus actos y reducir el nivel de reincidencia, que oscila en 30 por ciento, pero “esperamos disminuirlo más”.