Cada cual sus sentimientos, pero el lacrimoso espectáculo de Patricia Mercado es digno de la Rosa de Guadalupe, al igual que el protagonizado por el ahora viudo Lorenzo Córdova por el desempleo de Edmundo Jacobo Molina, quien permaneció casi tres lustros en el cargo de secretario ejecutivo del Instituto Federal-Nacional Electoral (30 años en total, pues estuvo en otras posiciones dentro de ese organismo). Echó raíces políticas, económicas y, por lo visto, sentimentales, a grado tal que la senadora lloró públicamente como Magdalena, mientras el (aún) consejero presidente desenvainó su espada y cual vil cruzado anunció: “esta batalla comenzó ya”.
Edmundo Jacobo le agarró cariño al hueso, al igual que el cruzado, quien en su “batalla” priorizó, junto con su amado compañero de pandilla, la reinstalación del ahora ex secretario ejecutivo del INE, para lo cual interpuso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación un “juicio urgente”. Lo propio hizo el ahora desempleado, “en reclamo de mis derechos individuales”.
Eso es defender la chamba, para lo cual utiliza recursos públicos para arropar a los amigos. Qué bueno que existan cruzados de esa naturaleza, siempre en heroica defensa de las fuentes de empleo. Eso sí, se niega rotundamente a decir cuánto dinero recibirá al dejar la presidencia del INE. Y como Córdova dice ser muy institucional, ayer el INE dio a conocer la renuncia en bloque de los titulares de los cargos de mayor importancia para la operación del Instituto, como parte de su “muy democrática” estrategia de crear un vacío para quien lo releve en el puesto.
En su “batalla”, y más allá del profundo dolor que le provoca la salida de Edmundo Jacobo, el (aún) consejero presidente, en su calidad de merolico, ha soltado todo tipo de histéricos calificativos en contra del plan B, con coro mediático, entre los que destacan: “arbitrario, ilegal, tiránico, autoritario, viola el orden constitucional, afectación mayúscula a la vida democrática, está enraizado en rencores y fobias del pasado, dinamita el edificio democrático, está mal hecho, es inconstitucional, promueve una mayoría tiránica, autoritaria, viola la autonomía del INE, lo destaza” y lo que se acumule. ¡Ufff!, no cabe duda de que duele perder el hueso.
En vía de mientras, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, se apersonó ayer en la mañanera para detallar el contenido del plan B y echar por tierra la “serie de ataques” de la autodenominada oposición, la cual ha puesto en marcha “una estrategia claramente construida con base en falsedades”. ¿Qué se reforma? Cinco leyes: la General de Instituciones y Procedimientos Electorales, la General de Partidos Políticos, la Orgánica del Poder Judicial de la Federación, la General de Responsabilidades Administrativas y la General de Comunicación Social.
Además, se emite una nueva Ley General de Medios de Impugnación, mediante la cual, por primera vez, se regula que haya solamente un organismo encargado de resolver las objeciones que se presenten en un proceso electoral.
No es cierto que se le quiten facultades al INE o al Tribunal Electoral; por el contrario, desaparecen las que tenían las juntas y vocalías locales y se concentran en un solo procedimiento sancionador, regulado por la dirección respectiva del propio Instituto.
La reforma pone fin a la burocracia dorada del INE, se suprimen privilegios, se instruye para que desaparezcan dos fideicomisos específicos: contingencias laborales y administración de los inmuebles, que están en la opacidad (nadie sabe cuál es el capital que administran).
No hay, como dicen algunos trasnochados, despido de aproximadamente 8 mil trabajadores; lo que sí, se reduce sustancialmente el número de vocales de las juntas locales y de las juntas distritales, que durante 365 días del año gozan hoy de una beca sustantiva, aunque no haya proceso electoral, amén de seguro de gastos médicos y otras prestaciones administrativas.
Falso que se ponga en riesgo la jornada electoral porque no hay la certeza de cómo se van a realizar los conteos rápidos. “A todos los académicos que dicen que ya no se iban a poder hacer conteos rápidos, que esto es una mentira; éstos no los realiza el INE, sino empresas que contrata el instituto”.
Se termina con la entrega de prebendas por monedero electrónico, por tarjeta de prepago, porque ya todas ellas quedan penalizadas. Además, obviamente, la credencial de elector no desaparece.
Las rebanadas del pastel
¿Y el tipo de cambio? 17.99 pesos por billete verde.
Twitter: @cafevega