Ciudad de México. Después de la euforia viene la calma. Tras alcanzar su mejor nivel desde 2018, el peso mexicano se da un respiro a la baja frente al dólar en la apertura de este jueves.
La moneda nacional presenta una depreciación de 0.40 por ciento, para operar en alrededor de 18.1627 unidades por dólar.
El alto diferencial de tasas de interés de México con Estados Unidos (arriba de 6 puntos porcentuales) le sigue brindando el soporte necesario a la moneda mexicana para mostrarse resiliente frente a las preocupaciones globales de endurecimientos monetarios mayores a los esperados, aseguraron analistas económicos.
En los primeros minutos de la sesión destaca que la cotización del rendimiento del bono estadunidense a 10 años alcanza máximos del mes de noviembre y la referencia a dos años se aproxima a 5.0 por ciento.
Así, el índice del dólar, el DXY, que mide el comportamiento del dólar frente a una canasta de seis monedas internacionales, se aprecia 0.45 por ciento a 104.907 puntos.
Los mercados accionarios en Wall Street tienen una apertura mixta, influenciados por el comportamiento alcista de los rendimientos de los bonos soberanos de largo plazo del tesoro estadunidense, en donde el plazo de dos años alcanzó niveles no vistos en una década.
El Nasdaq cae 0.58 por ciento y el S&P 500 cede 0.35 por ciento.
Por su parte, el presidente de la Reserva Federal (Fed) de Atlanta, Raphael Bostic, abogó porque las tasas aumenten por encima de 5.0 por ciento, mientras que el presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari, expresó su preocupación por los datos económicos entrantes.
En temas corporativos, las acciones de Tesla caen en la preapertura después de que la compañía no revelará los detalles de ningún vehículo de próxima generación durante su esperado día con inversionistas.
En la Eurozona, los principales mercados accionarios europeos reportan movimientos mixtos, pues el dato de la inflación de la zona euro en febrero se ubicó en 8.5 por ciento, por arriba del consenso de 8.2 por ciento, mostrando que los precios no están bajando al ritmo que se venía registrando en los últimos meses.
Los precios de los alimentos aumentaron mes a mes, compensando las caídas en los costos de la energía.
La inflación subyacente repuntó a 5.6 por ciento estimado en febrero, desde 5.3 por ciento en enero. Lo anterior daría argumentos al Banco Central Europeo (BCE) para mantener su postura agresiva por más tiempo.