Nueva York. Un entramado que se reveló durante el proceso de investigación del FIFAgate apunta ahora como protagonista a Grupo Televisa por un caso de sobornos. La televisora llegó a un acuerdo para pagar 95 millones de dólares y resolver una demanda de un inversor estadunidense tras pagos ilegales a funcionarios del ente rector del futbol a escala global por cuatro torneos de la Copa del Mundo.
El pacto preliminar en efectivo con los poseedores de los certi-ficados de depósito estadunidenses (ADR) de Televisa se presen-tó anoche en la corte federal de Manhattan y requiere la aprobación de un juez.
Televisa fue acusada de inflar artificialmente el precio de sus certificados de depósito al ocul-tar cómo obtuvo los derechos de la Copa del Mundo para 2018, 2022, 2026 y 2030 mediante sobornos, mientras promociona-ba públicamente su compromiso con prácticas comerciales éticas.
La situación que enfrenta la televisora deriva de una investigación general que comenzaron desde la década pasada las autoridades de Estados Unidos contra los pagos ilegales para la obtención de beneficios en la industria del futbol.
Contratos clandestinos
Los abogados del gobierno estadunidense dicen que millones de dólares en sobornos alimentaron un sistema de contratos clandesti-nos sin subasta, que permitieron a dirigentes corruptos del futbol beneficiarse de distintos ardides, entre los presuntos involucrados están Televisa y Fox Sports.
Ahora Grupo Televisa debe pagar la cuantiosa suma ante sus demandantes, pero su nombre quedó ligado desde 2017 a las prácticas financieras indebidas del balompié internacional. El argentino Alejandro Burzaco, ex director de la empresa Torneos, fue el primero en sacar a la luz el nombre de la televisora de Emilio Azcárraga Jean en el FIFAgate.
Durante el juicio por corrupción en el futbol realizado por las autoridades de Washington, señaló que Televisa y la brasileña Globo pagaron un soborno de al menos 15 millones de dólares a Julio Grondona, dirigente de la Asociación del Futbol Argentino y vicepresidente de la FIFA, para adquirir los derechos de televisión de los Mundiales de 2018, 2022, 2026 y 2030.
Un año más tarde, Televisa enfrentó una demanda colectiva en la Corte del Distrito Sur de Nueva York al ser acusada de inflar artificialmente las acciones extranjeras de la empresa en Estados Unidos, las cuales cayeron tras las declaraciones de Burzaco.
Los inversionistas y demandantes, encabezados por Colleges Applied Arts & Technology Pension Plan (Plan de Pensiones de los Colegios de Artes Aplicadas y Tecnología), alegaron que la empresa mexicana usó la subsidiaria suiza Mountrigi Management Group para pagarle a un ejecutivo de la FIFA los derechos de transmisión, aunque ocultó estos pagos.
Niega “prácticas corruptas”
Mountrigi Management Group habría pagado cerca de 190 millones de dólares sólo por las Copas de Rusia 2018 y Qatar 2022, de acuerdo con el portal The New York Times.
Más tarde, habría vendido las transmisiones a varios países de Sudamérica, entre ellos Argentina.
Televisa negó en 2018 las acusaciones al señalar que la demanda era una enmienda a una denuncia anterior presentada contra la empresa en marzo y aseguró que tras una investigación “no se había producido ninguna actividad relacionada con prácticas corruptas”.
La demanda era contra Grupo Televisa, su presidente, Emilio Azcárraga Jean, así como Salvi Folch, ex directivo de finanzas y de Izzi, una filial de la televisora. El corporativo mexicano presentó en 2019 una moción para que la acusación fuera desestimada, pero un juez denegó la petición.
“Con tantas investigaciones, empezaron a conocer las triquiñuelas de Televisa y se hicieron acreedores a esa demanda. Mientras la gente disfruta de la pantalla, ellos se llenan el bolsillo”, dijo Emilio Maurer, ex directivo de la Federación Mexicana de Futbol, en relación con la demanda.
“Esto revela mucho, porque las ganancias que peleaban eran inmensas. Lo que a ellos les interesaba es obtener los derechos de los Mundiales y de las competencias internacionales. Con los sobornos agarró un nuevo rumbo el futbol.”
Los casos de corrupción en la FIFA se destaparon en 2015, cuando autoridades de Estados Unidos detuvieron en mayo de ese año en Zúrich, Suiza, a varios dirigentes del ente rector del futbol, entre ellos a Joseph Blatter, titular del organismo internacional, y Michel Platini, jefe de la UEFA.
Los cargos contra los directivos incluían fraude, soborno y lavado de dinero para la elección de los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022.
Las investigaciones se extendieron a un juicio contra dos ex ejecutivos de 21st Century Fox Inc y la empresa uruguaya Full Play Group SA, una firma de mercadotecnia deportiva, al ser acusados de corrupción en el futbol. Para este juicio, Burzaco también fue uno de los testigos claves.
En este caso también destacó el nombre de otro mexicano. La Fiscalía de Estados Unidos señaló que Carlos Martínez y el argentino Hernán López, ex ejecutivos de 21st Century Fox Inc fueron acusados de pagar un millón de dólares en sobornos a la Conmebol (Confederación Sudamericana de Futbol), para obtener los derechos de la Copa Libertadores.
El ex presidente de ESPN, John Skipper, dijo ayer en una corte federal en Nueva York que su empresa y Univision habían pujado conjuntamente con 900 millones de dólares por los derechos de transmisión de las Copas de Rusia y Qatar.
No obstante, Carlos Martínez y Hernán López habrían obtenido información confidencial de manos de altos jerarcas del futbol, incluidos algunos de la FIFA, para que Fox asegurara los derechos de transmisión en inglés dentro de Estados Unidos de los dos Mundiales más recientes, ganándole una partida a ESPN.
Pese a los escándalos y ahora bajo el mando del italiano Gianni Infantino, las ganancias de la FIFA no se han visto afectadas. Tan sólo para el ciclo mundialista 2019-2022 tuvo ingresos récord por 7 mil 600 millones de dólares, al tiempo que para 2026 espera un monto de al menos 11 mil millones.
(Con información de Erendira Palma)