A sus 46 años, la idea del retiro de los escenarios ronda ya en la mezzosoprano Elina Garanča luego de que, según afirmó este martes, ha conseguido todos los sueños a los que aspiró en su carrera. El más reciente fue interpretar el rol de Amneris, de la ópera Aída, de Giuseppe Verdi.
“Hay que ser realista, las voces son como los coches, con cierto tiempo ya no son lo mismo que antes, y también hay que reconocer el punto justo de cuando retirarse. Estoy pensando en eso, todavía no, pero estoy pensando que en los próximos 20 años probablemente ya no voy a cantar”, explicó en un perfecto español.
“Ahora soy mamá de dos niñas e intento combinar cada parte de mi vida: ser cantante, artista, mamá, mujer, y que se cumplan más o menos en partes iguales.”
De regreso en México
La cantante letona, considerada una de las máximas figuras del ámbito operístico internacional, está de regreso en México para hacer su debut en el Palacio de Bellas Artes hoy a las 20 horas, acompañada por la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes, con el estadunidense Constantine Orbelian como director concertador.
Será un concierto de gala con el cual la Compañía Nacional de Ópera comenzará las celebraciones por su 75 aniversario. El programa está integrado por algunas de las obras cuyas arias han dado fama mundial a esta mezzosoprano, como Cavalleria rusticana, de Mascagni; Samson et Dalila, de Saint-Saëns, y Carmen, de Bizet, así como una selección de algunas de sus zarzuelas preferidas, entre éstas El barberillo de Lavapiés, de Barbieri, y El barquerillo, de Chapi y Lorente.
“Tengo mucha ilusión de este concierto. Hace un par de años visité este teatro (el del Palacio de Bellas Artes) y subí al escenario a pesar de que estaba cerrado. Ahora puedo decir que los sueños que tuve entonces se concluyen, porque en ese momento pensé en tener un día la posibilidad de cantar aquí”, afirmó Elina Garanča, quien externó su interés de participar en un montaje operístico en ese mismo escenario.
En rueda de prensa, la cantante se refirió a los cambios que con el tiempo han experimentado sus aspiraciones artísticas. Contó que cuando era estudiante soñaba con debutar en el Metropolitan Opera House de Nueva York, la Scala de Milán, Viena, Londres, y después, de forma sucesiva, con cierto tipo de repertorio, además de trabajar con los mejores maestros del mundo.
“Al final, todo eso se junta en un sueño muy grande de tener una carrera muy larga. Lo único que puedo decir es que cantar es un punto de llegada que he tenido y he cumplido. De joven, con unos 17 o 18 años, me decía que cuando cantara Amneris (de Aída) iba a parar o podría dejar de cantar, porque desde ese momento todo lo que pasara sería un extrabonus inesperado. Eso ya se cumplió y ahora son los pequeños sueños los que se cumplen, no del repertorio, sino de los sitios que quiero visitar.”
Elina Garanča habló del momento en que se encuentra en términos vocales y aseguró que ya no está interesada en papeles para mezzosoprano joven, “aunque en teoría los podría cantar, porque técnicamente sé lo que necesitan, pero la voz no tiene ya esa frescura, esa juventud, algo que es normal”.
También aceptó que le cuesta ya “más trabajo y tiempo” recuperarse del repertorio “más fuerte, más dramático”, y aclaró que nunca le ha gustado repetirse: “Hay repertorio que he cantado lo suficiente como para estar un poco aburrida. No hay papeles que haya hecho en el escenario más de 50 veces, y por eso siempre he buscado la posibilidad de abrirme a más repertorio. Partiendo del barroco a Mozart, al canto romántico, Wagner, Beethoven; me han dado esa posibilidad”.
Admitió que las hormonas le están provocando un cambio: “Es un gran tabú del que no se habla, pero muchas mujeres y muchas cantantes lo sufren, y hay que reconocer que son periodos en el mes cuando la voz corre y otros en los que no”.