Frente a empresarios de Estados Unidos y México, el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, sostuvo que el INE “ha sido una de las instituciones más acosadas desde el poder en todo el mundo”, pero “hoy se ha convertido en un símbolo de resistencia internacional”.
En el contexto de la inminente publicación y entrada en vigor de la reforma electoral, identificada como plan B, la colmó con múltiples adjetivos: demencial, peligrosísima, atípica y rupturista.
Luego, ante la posibilidad de que el cambio sea impugnado por distintas vías –ciudadanos, partidos y la propia autoridad electoral–, sostuvo que la Corte se convertirá en “el último dique de garantía de la prevalencia de las condiciones democráticas en los comicios en México, y de nuestro orden constitucional”. Señaló que la democracia requiere una defensa colectiva porque la reforma, insistió, podría significar la pérdida de la estabilidad política-electoral.