Ciudad de México. Con el objetivo de evitar que los jóvenes realicen desafíos peligrosos conocidos popularmente como “retos virales”, que se promueven en las redes sociales, el Instituto de la Juventud de la Ciudad de México puso en marcha la campaña #ElRetoEsVivir, anunció su titular Beatriz Adriana Olivares Pinal.
A través de una serie de videos e imágenes, integrantes de la Brigada de lucha libre “Dos de Tres Caídas” y de Los Jóvenes Unen al Barrio buscan que no se imiten ese tipo de acciones que ponen en riesgo la integridad física y emocional de las personas, y hasta la vida.
Los riesgos y consecuencias fatales a la salud, por replicar ese tipo de conductas, en nada se equiparan a las reacciones o seguidores que podrían ganar, afirmó la directora del Injuve.
La importancia por ello de que en las familias, las escuelas y centros frecuentados por los jóvenes, se advierta sobre los riesgos que conllevan estos retos para prevenir y evitar que se sigan imitando.
“Ningún reto, por más llamativo que parezca vale la pena, nada justifica poner en riesgo tu vida por ganar un like o sumar reacciones en una red social, todos debemos estar atentos a lo que vemos, el reto es vivir”, afirmó.
La Unidad de Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana identificó alrededor de 500 incidentes relacionados con menores de edad en 2022, mediante los cuales se han identificado distintos retos como provocar caídas, dietas extremas, bajarse de un coche en movimiento e ingerir sustancias tóxicas y medicamentos controlados.
La Secretaría de Salud Federal señaló, por su parte, que el clonazepam -utilizado en uno de los retos- se usa para el tratamiento de convulsiones o ataques de pánico.
Sin embargo, su consumo sin prescripción médica puede generar somnolencia profunda y estado de coma que inhibe o interrumpe el proceso respiratorio y, en consecuencia, ocasiona la muerte, aunque en dosis moderadas puede generar adicción.
Hasta el momento, el sistema de información básico en salud registra 45 casos relacionados con el consumo de ese medicamento, de los cuales seis ocurrieron en escuelas y el resto en domicilios, fuera del horario escolar, por parte de personas de 10 a 19 años de edad, señaló.