Huwara. Los habitantes de este pueblo palestino en Cisjordania se levantaron ayer horrorizados al descubrir viviendas y coches calcinados por un ataque de colonos israelíes en represalia por la muerte de dos de ellos, la víspera. Los nuevos actos de violencia se producen en plena escalada de tensión, pese a que responsables de ambas partes se comprometieron antier a “evitar nuevos actos de violencia”, durante una reunión en Jordania.
Las autoridades israelíes llamaron a la calma a los colonos. El ejército informó de un nuevo ataque que se produjo a final del día cerca de Jericó, también en Cisjordania, y que mató a un automovilista israelí-estadunidense de 27 años. La misma tarde, un palestino murió a tiros cuando fuerzas israelíes y colonos entraron en Zaatara, otro pueblo situado cerca de Nablus, en el norte de Cisjordania.
Ned Price, vocero del Departamento de Estado estadunidense, confirmó el fallecimiento del israelí-estadunidense, y además emplazó a las autoridades israelíes a perseguir y juzgar a los colonos israelíes que asaltaron Huwara, además de indemnizar a los afectados.
Antenoche, decenas de colonos israelíes entraron en Huwara, localidad del norte de Cisjordania ocupada. Los atacantes incendiaron edificios y decenas de vehículos. Más de 350 palestinos resultaron heridos. La mayoría sufría los efectos de la inhalación de gases lacrimógenos, dijo la Media Luna Roja palestina. Wajeh Odeh, del ayuntamiento de Huwara, informó que más de 100 coches y 30 viviendas fueron quemados.
Un responsable del ejército israelí afirmó: “Consideramos estos actos como terrorismo”, y agregó que entre 300 y 400 colonos entraron en la localidad palestina con ánimo de “venganza”. Ocho israelíes fueron detenidos, y la mayoría, liberados después, indicó la policía.
“Les pido que no hagan justicia por su cuenta, y que dejen a las fuerzas de seguridad cumplir con su misión”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Su ministro de Defensa, Yoav Gallant, visitó Huwara y condenó los actos de venganza de los colonos.
Netanyahu dirige desde diciembre uno de los gobiernos más derechistas en la historia de Israel.
Organizaciones israelíes de defensa de los derechos humanos denunciaron un “pogromo apoyado” por el gobierno israelí, como dijo la ONG israelí Paz Ahora.
El movimiento islamita palestino Hamas, que gobierna la franja de Gaza, pidió combatir “el terrorismo de los colonos”. El presidente palestino, Mahmoud Abas, acusó a Israel de “amparar los actos terroristas perpetrados por colonos”.
El miércoles, 11 palestinos murieron en Nablus en la incursión militar israelí más sangrienta en Cisjordania desde 2005. En lo que va del año, 63 palestinos han muerto en incursiones de uniformados, así como 11 civiles israelíes.
Mientras, el Ministerio del Exterior palestino condenó los avances del proyecto de ley para la reinstauración de la pena de muerte en Israel.
“El Estado de Palestina condena en los términos más enérgicos el continuo terror racial y la guerra abierta de Israel contra el pueblo palestino a todos los niveles, incluida la bárbara reinstauración de la pena de muerte como pretexto para legitimar su anexión y afianzar su régimen de apartheid, en violación de su obligación en virtud del derecho internacional”, señaló un comunicado.
“Mientras Israel sigue matando desproporcionada y deliberadamente a palestinos, ahora los pondrá arbitraria y ceremonialmente en el corredor de la muerte”, agregó el documento.
El Comité Ministerial Legislativo de Israel logró avanzar ante el Parlamento israelí un proyecto de ley que capacitaría a los tribunales del país a declarar la pena de muerte para ciertos casos de terrorismo.
La aprobación de esta legislación implicaría que Tel Aviv imponga su ley nacional en Cisjordania, lo que viola las bases fundamentales de todos los acuerdos firmados con los palestinos.