La Liga de Futbol Americano Profesional (LFA) encontró un amplio mercado en Estados Unidos con aquellos jugadores que no fueron reclutados en la NFL. El talento de la National Collegiate Athletic Association (NCAA), organismo universitario que surte a la National Football League, ve limitadas sus posibilidades de llegar al máximo circuito año con año. De mil 500 estudiantes que egresaron en la división 1 de la NCAA, aproximadamente 60 fueron seleccionados en el draft de la NFL. Esta condicionante le ha abierto las posibilidades a la liga mexicana de voltear al patio vecino y contratar atle-tas de calidad que incrementen el nivel de competencia.
El torneo tricolor permite 12 foráneos y 38 nacionales por equipo.
“En lo deportivo hemos ido aumentando el número de extranjeros y aprendimos a traer calidad para mejorar el espectáculo”, comentó a La Jornada Alejandro Jaimes, comisionado de la LFA.
El nombre que se ha hecho la liga provocó que ex miembros de la NFL y de la NCAA se interesen en un destino como el mexicano.
“Yo recibo continuamente correos electrónicos y mensajes de jugadores que quieren participar acá, porque han visto que hemos hecho un trabajo serio. Los mismos que vienen y se van hablan bien del torneo”, aseguró el directivo.
La baraja de posibilidades para la LFA es inmensa cuando dispone de una fábrica de talento que la misma NFL desecha.
“De la NCAA división 1 se quedan muy pocos en la liga profesional estadunidense, ahí tenemos un gran mercado con potencial, incluso son mejores que los ex NFL debido a su juventud.”
Para la campaña que está por comenzar el 4 de marzo, el certamen mexicano tiene registrados a 42 extranjeros; 36 provienen de la NCAA -nueve de la división 1– y seis son ex NFL.
Resultados prometedores
En 2023, las 10 franquicias que conforman la LFA crearon centros de visorías en dos ciudades es-tadunidenses. Los resultados fueron prometedores.
“Cada equipo tiene agentes y empresas que nos acercan. Este año organizamos dos tryouts (audiciones) en Estados Unidos. Una en Los Ángeles y otra en Birmingham, Alabama, precisamente para ver talento colegial que ya terminó y pudiera venir a nuestros equipos. Y la respuesta fue muy buena. En LA tuvimos 70 prospectos y en Birmingham 100”, compartió Jaimes.
Aclaró que aún no están “en condiciones de pagar sueldos como lo hacen otras ligas, pero vamos creciendo”. Reveló que el tabulador salarial que se implementa en los jugadores locales, el cual busca el equilibrio financiero, no existe para los foráneos. En ese sentido, los NCAA, en cuestión económica, tienen la ventaja sobre el producto nacional debido al nivel de competencia al que se ven sometidos en territorio estadunidense.
“Para los ex NFL no hay un techo salarial. Tampoco para los NCAA división uno, dos y tres”, puntualizó.
El mexicano con el sueldo más alto recibe 600 dólares por juego. En cambio, el extranjero se embolsa como mínimo lo que percibe el tricolor mejor pagado. Los equipos además tendrán que solventar los gastos de vivienda y traslados en el caso de los no nacidos en México. Para comparar, un universitario que no llega a la NFL y busca nuevos horizontes, entre ellos México (LFA), Canadá (CFL) o Estados Unidos (XFL), estará lejos del mínimo anual que recibe (984 mil dólares) un jugador novato que sí alcanza la National Football League.
En el afán de ofrecer mayor espectáculo, la liga tricolor contará también con seis ex NFL en 2023. La contratación mediática fue la de Terrance Williams, receptor que figuró seis años con los Vaqueros de Dallas. Los Galgos de Tijuana, favoritos para llevarse el título, se reforzaron con Williams y el mariscal Trevon Boykin, quien militó en los Halcones Marinos de Seattle, y está considerado entre los tres mejores pasadores que surgieron en la TCU (Universidad Cristiana de Texas).
Los Jefes de Ciudad Juárez lo hicieron con el receptor Sentaviuos Jones, ex de Kansas City y Filadelfia, recientes finalistas en el Supertazón 57.