Ciudad de México. Los próximos tres meses Bruno Márquez será el mariscal de los Raptors en la Liga Profesional de Futbol Americano (LFA), pero el resto del año vivirá de las cajas que fabrica en su negocio familiar.
A partir del 4 de marzo, el pasador tendrá la encomienda de abastecer el ataque de los capitalinos en un torneo ráfaga de apenas 10 jornadas. Después tendrá que volver a concentrarse en su principal fuente de ingresos, ya que el jugador profesional en México aún no puede subsistir de los sueldos que genera la LFA.
Hoy día el elemento mexicano mejor pagado recibe una remuneración de 600 dólares por partido. Márquez entiende que las condiciones aún no son las propicias para producir las ganancias suficientes, incluso cuando él es una de las principales estrellas de la LFA.
“Actualmente es muy difícil vivir de la Liga, es muy nueva todavía”, admitió en entrevista con La Jornada.
Después de eludir tacleadas, el ex egresado de la UNAM regresa a su faceta habitual, la de un empresario que busca sacar a flote a los suyos.
Trabajo alterno
“Mi familia tiene una compañía de impresión, hacemos cajas para medicamentos y comida rápida”, comentó quien es considerado el mejor quarterback tricolor en activo. Al término de la Liga “me enfoco en mi trabajo principal, el cual es el sustento de mi persona y de mi casa”.
Puntualizó que existen varios aspectos a trabajar para que “podamos pensar en vivir de este deporte”. El primer factor es el “apoyo de los patrocinadores”, pero estos llegarán, asumió, cuando el tor-neo exploté su mayor recurso: brindar espectáculo.
“Debemos tener garantizado que los juegos de Liga Mayor no se comparan con los de la LFA o viceversa. Que la gente no diga que hay más espectáculo en la Mayor”, aseveró el ex ronda número uno del draft en 2016.
Una desventaja que tiene la LFA con la Onefa y la Conadeip son los cortos periodos de preparación. En ese sentido, el futbol americano colegial dispone de un mayor para acondicionar a sus elementos.
“Ellos practican durante ocho o nueve meses. Antes del inicio del torneo, nosotros lo hacemos cada uno por su cuenta. Hay jugadores que entrenan en el gimnasio, pero no es lo mismo. Tenemos que enfocarnos en la preparación para que podamos atraer más gente, más medios de comunicación y más inversionistas”, manifestó.
En el caso de los mariscales de campo, compartió que son pocos los que duran más de cinco años en activo en el profesionalismo. Eso es en gran medida porque no pueden concentrarse en una sola actividad.
“Somos muy pocos los que hemos durado tanto. El entrenamiento es clave para no sólo estar cuatro años, sino diez, tal vez. Pero todo eso va también de la mano de la publicidad y el apoyo de los dueños”, recordó Bruno Márquez.
Armando Zuñiga, dueño de los Raptors, señala que mantener una franquicia de la LFA es una misión complicada debido a que aún no existe “rentabilidad”. No hay ingresos por derechos de transmisión y los patrocinios son escasos.
“Todo es inversión en este momento. Lo que ingresamos sale en números rojos y calculamos que así va a ser unos dos años más, pero tenemos que seguir trabajando fuerte para atraer marcas y aficionados que puedan ir compensándolo”.