La escritora oaxaqueña Alicia Gregorio Velasco (San Antonio Analco, 1984), guardiana y promotora de las lenguas originarias en México, publicó su más reciente libro El gato que se perdió auspiciado por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) y reconocido con el premio del Centro de las Artes San Agustín en 2021.
En el contexto del Día Internacional de la Lengua Materna, que se conmemoró el 21 de febrero, la propuesta literaria fue traducida a seis idiomas, a fin de difundirla como una herramienta pedagógica para aprender a leer y escribir.
“Alguien cercano me decía: ‘Ay, es que no sé para qué sigues hablando tu lengua originaria, mejor aprende inglés, eso es más útil’, pero yo no entiendo porqué persisten con la discriminación”, explicó Gregorio Velasco en entrevista con La Jornada.
Añadió que su intención es motivar a los niños a aprender varios idiomas originarios de México y fomentar el cariño hacia los animales para que puedan percibir cómo forman parte de nuestra sociedad.
Según cifras de la Secretaría de Cultura federal, en México se tiene registro de unas 133 mil 374 personas que hablan chinanteco, el cual tiene 11 variantes y cuyos hablantes están distribuidos en 346 localidades de Oaxaca y Veracruz.
El cuento fue traducido a seis idiomas: cho´l, náhuatl, o´dam (tepehuano del sur), tzeltal, tzotzil, inglés y español; tiene ilustraciones hechas por Ángel Campos Frías y forma parte del Programa Interinstitucional de Fomento a la Lectura del Conafe.
La obra se basa a los recuerdos de la niñez de Alicia y narra el cariño que le tenía su abuelo a su gato, sin embargo, el animal desapareció sin dejar rastro mientras caía un aguacero en el pueblo de San Antonio Analco, municipio de San Felipe Usila, Oaxaca, de donde es originaria la autora.
“No sólo es una mascota, forma parte de la comunidad, trabaja y aleja a los ratones de la cosecha; el gato estaba al pendiente de cuidar los plátanos, mazorcas y las tortillas que se guardaban; se les tiene mucho aprecio porque forman parte de nuestras actividades”, afirmó la autora.
Alicia trabaja en el sector público y es madre; no es ajena a la pedagogía del lenguaje, pues da clases en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
“Mis alumnos estudian lingüística, pero es difícil luego encontrar materiales para trabajar; tengo que buscar un libro, traducirlo y usarlo como ejemplo para que también aprendan a escribir. Cuando era niña, tuve la fortuna de estudiar con un maestro que nos traducía los libros de texto del español al chinanteco”, explicó.
Gregorio Velasco celebra que la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) haya decidido denominar el periodo entre 2022 y 2032 como el “Decenio de las lenguas indígenas”, sin embargo le parece que los apoyos para la constancia, divulgación y promoción deben ser de forma permanente.
“En las lenguas originarias casi no hay escritos; la mayoría les sigue llamando ‘dialectos’, en sentido peyorativo, pero desde hace más de 20 años hay una ley que establece que cualquier lengua que se hable en México es igual de importante que el español, como ésta hay buenas iniciativas pero hay que seguir impulsándolas”, concluyó Alicia, quien colabora en la cuenta de Facebook Lenguas Indígenas de México.