Xalapa, Ver. Dirigentes sindicales de las universidades estatales de Nuevo León, Veracruz, Michoacán, Guadalajara y Sinaloa se quejaron de la falta de presupuesto de las universidades públicas, y de los topes salariales del 4 por ciento contemplados para este año, frente a una inflación superior al 8 por ciento en el país.
Enrique Levet Gorozpe, secretario general del Comité Ejecutivo Nacional de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU), dijo que han avanzado conversaciones con las diputadas federales, Tania Cruz Santos, presidenta de la comisión de Educación, e Ivonne Cisneros Luján, “ellas van a retomar como propia la iniciativa ciudadana que presentamos, y la van a impulsar dentro de su grupo parlamentario para que sea tomada en cuenta. Nos han dicho que han tenido una carga excesiva de trabajo, hay iniciativas que tienen más antigüedad que la nuestra, pero que sí va a ser tomada en cuenta, esperamos que salga este año, porque de otra manera, el otro año es político y va a ser más difícil”.
“Las universidades públicas están un tanto rezagadas, la misión que tiene el gobierno federal es de apoyar la educación, por eso estamos haciendo este tipo de foros, para que se den cuenta que estamos analizando la situación”.
En el marco de la celebración del 47 aniversario del Fesapauv, diversos sindicatos de universidades públicas se reunieron en un foro en Xalapa, Veracruz, donde expusieron la difícil situación por la que atraviesa la universidad pública en México.
Rafael Garza, dirigente del sindicato de Nuevo León, se pronunció por la defensa de la universidad pública frente a la falta de incrementos presupuestales que correspondan a la necesidad de las instituciones.
Criticó que los legisladores mexicanos, egresados de universidades públicas muchos de ellos, por un lado hayan aprobado una reforma laboral para que los agremiados sindicales legitimen los contratos colectivos (CCT) de trabajo, pero por otro nieguen presupuesto para la operación de las universidades.
“El gobierno nos exige que se legitimen los contratos colectivos, pero lo curioso es que los que reformaron la ley, cuando vamos a hablar con ellos nos dicen que no hay dinero. Entonces para que modificaron toda una estructura si no hay dinero, si no hay soporte económico”.
Jorge Ávila, Universidad de Michoacán, dijo que “las universidades públicas estatales han hecho lo que las autoridades federales le han pedido a las casas de estudio, pero nos siguen quedando a deber”. Explicó que las autoridades les han pedido que hagamos muchas modificaciones a los contacto colectivo, pero aun así tenemos problemas.
“Todo mundo sabe que hay una inflación en el país, pero las propuestas de incremento salarial no pasan del 4 por ciento”, dijo Ávila quien consideró que los incrementos salariales no van acorde con la inflación.
Ávila dijo que en la pandemia la universidad pública no se detuvo, pasó de la presencialidad a la virtualidad, “somos el bien más preciado de la sociedad y la vamos a seguir defendiendo del embate federal, y aquí estamos para defender una de las conquistas de México que es la educación superior”.
Señaló que en las entidades la única manera que tiene el hijo del obrero y del campesino de tener acceso a la educación, es la educación pública.
Criticó que el gobierno federal en lugar de fortalecer las universidades estatales haya decidido crear las universidades del bienestar, “en lugar de apoyar universidades de los estados que están vigentes y que han probado su calidad, eso es parte de las contradicciones”.
José Carlos Aceves, de la Universidad de Sinaloa, se pronunció por mesas de diálogo donde la argumentación y la justificación donde se encuentren puntos medios para que se destinen presupuestos justos para las universidades.
“Se han disminuido presupuesto, se han recortado los recursos extraordinarios, y creemos que una vez que vean el trabajo que se hace con mucho compromiso dentro de las universidades, podremos encontrar el camino”.
Recordó que el año pasado llevaron a la Cámara de Diputados una iniciativa ciudadana para que los incrementos salariales de las universidades sean de acuerdo a la inflación del año corriente, y no sean proyecciones que algunos especialistas hacen, y que quedan por debajo.
“Nos dan un incremento salarial de 4 por ciento cuando la inflación anda en un 8.5, provocando un retroceso en los ingresos de los trabajadores universitarios”, señaló.