Debido a irregularidades identificadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en el proceso de producción de medicamentos para trastornos mentales, el laboratorio Psicofarma, principal proveedor en el país, suspendió actividades desde diciembre pasado. Esto ha ocasionado un desabasto de productos en los sectores público y privado, el cual ha sido denunciado por asociaciones médicas.
Los especialistas médicos advierten el riesgo que enfrentan los pacientes que no deben suspender sus tratamientos para el control de padecimientos como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), epilepsia y depresión.
Desde el pasado viernes, la Asociación Psiquiátrica Mexicana hizo un llamado a las autoridades para resolver el problema que involucra medicamentos controlados. Señaló que éstos son esenciales para el manejo adecuado de los síntomas de diversos trastornos.
La interrupción de los tratamientos en cualquier momento aumenta el riesgo de recaídas, efectos colaterales e incluso, señaló la asociación, puede haber “complicaciones graves, como episodios maniacos, sicóticos y riesgo de suicidio”.
Subrayó la importancia de que a la brevedad se resuelvan los “asuntos administrativos que están generando un importante estado de vulnerabilidad en gran cantidad de personas”.
En el mismo sentido se pronunció la Sociedad Mexicana de Neurología Pediátrica y señaló que algunos de los productos faltantes son: metilfenidato, clonidina y lisdexanfetamina para TDAH; oxcarbazepina, clonazepam, fenobarbital y ácido valproico intravenoso que se utilizan para el control de epilepsia.
También faltan amitriptilina, imipramina y nortriptilina para el manejo de la depresión, y antisicóticos, como risperidona.
La Jornada pudo confirmar que la causa está en la suspensión de actividades de Psicofarma, principal fabricante de estos fármacos en el país, el cual ya recibió las notificaciones de Cofepris sobre las irregularidades identificadas.
La Secretaría de Salud (Ssa) informó que el desabasto de estos productos está en el sector privado y responde a una estrategia del laboratorio que “está escondiendo las medicinas” como una forma de presión a la Cofepris para que levante las sanciones aplicadas por las anomalías identificadas en la calidad de producción y la trazabilidad de estupefacientes.
Recordó que la Secretaría de la Función Pública también sancionó a Psicofarma por incumplimiento de contratos con el sector público.
En tanto, integrantes de la industria farmacéutica comentaron que algunos faltantes en el sector público se deben a que se desecharon las propuestas de Psicofarma en la licitación para la compra consolidada. Los proveedores seleccionados requieren de tiempo para atender las necesidades de las instituciones públicas de salud.
Señalaron que en la problemática, que empezó a observarse hace semanas, influye el hecho de que durante la pandemia de covid-19 aumentó la demanda de medicamentos para el manejo de trastornos mentales en el país.