Sao Sebastiao., El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se pronunció ayer por “no construir casas en zonas donde la gente pueda morir por deslizamientos de tierra”, al visitar la región litoral de Sao Paulo, afectada por lluvias torrenciales que el fin de semana de carnaval dejaron 40 muertos y decenas de desaparecidos.
Las tareas de rescate estaban concentradas en el extenso municipio de Sao Sebastiao, destino playero ubicado a unos 200 kilómetros de Sao Paulo, que recibió lluvias “récord”, mientras se intensificaban los esfuerzos para llegar a las zonas que quedaron aisladas.
Lula, que pasaba unos días de asueto en Bahía, viajó al lugar para sobrevolar la zona del desastre donde deslizamientos de tierra arrasaron al menos 50 casas, según un video oficial.
Desde la aeronave eran visibles ríos de agua enlodada cubriendo casas cerca de las playas.
El gobernante izquierdista, de 77 años, que asumió el poder por tercera vez el 1º de enero, se reunió luego con las autoridades regionales y locales.
Más tarde habló ante la prensa y abordó el problema del urbanismo improvisado en el país. En Brasil 9.5 millones de personas viven en áreas de riesgo por deslizamiento o inundación, muchas de ellas en favelas, según el Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales de Brasil (Cemaden).
El mandatario subrayó que la cooperación entre las autoridades de gobierno, de diferentes partidos, era una “buena fotografía” para Brasil, que sigue bajo un crispado clima político luego de unas elecciones presidenciales polarizadas y el intento de golpe de Estado del 8 de enero por seguidores del ex presidente Jair Bolsonaro.
En Sao Sebastiao, en cuyas playas muchos paulistas pasaban el feriado de carnaval, cayeron más de 600 milímetros de lluvia en 24 horas, más del doble de lo esperado para el mes, indicaron las autoridades.
El gobierno del estado de Sao Paulo informó que el balance es de 40 muertos.
“Unas 40 personas no han sido localizadas”, declaró a CNN Brasil Michelle Cesar, de los bomberos de Sao Paulo. El mismo cuerpo informó de 14 heridos.
Además, se reportan mil 730 personas evacuadas, informaron las autoridades, que despliegan más de 600 socorristas, militares y policías en las labores de rescate.
La casa de Patricia da Silva, empleada doméstica de 31 años, quedó destruida por la corriente de lodo y piedras que cayeron por la ladera en la madrugada del domingo en la playa de Juquehy.
“Estoy muy triste, desorientada, no sé ni qué hacer”, dijo a la agencia de noticias Afp esta madre de dos niñas. “Lo perdí todo”.
Las vías continuaban bloqueadas en al menos 10 puntos, según el gobernador Tarcisio de Freitas, quien decretó tres días de luto en Sao Paulo y el “estado de calamidad” en seis municipios para facilitar el despliegue de recursos.
Asimismo, liberó unos 7 millones de reales (alrededor de millón y medio de dólares) para tareas de rescate. Las autoridades también enviaban agua y medicinas a las zonas aisladas.
Imágenes difundidas por medios locales y usuarios de redes sociales mostraban ríos de lodo y escombros.
Con las celebraciones del carnaval interrumpidas en la región, personalidades locales se movilizaban para ofrecer ayuda.
El chef Eudes Assis cerró por tres días su restaurante para preparar comida para los damnificados.
Brasil sufre fenómenos extremos frecuentes, como en Petrópolis, en Río de Janeiro, donde murieron más de 230 personas en febrero de 2022 por las lluvias. Los científicos no descartan un vínculo con los efectos del cambio climático.