Sao Paulo. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visita este lunes la zona del litoral del estado de Sao Paulo golpeada por fuertes lluvias que dejaron al menos 36 muertos y decenas de desaparecidos durante el fin de semana de carnaval.
El balneario de Sao Sebastiao, ubicado a unos 200 km de la capital paulista, fue el más afectado por las precipitaciones "récord", que causaron inundaciones y deslizamientos de tierra y arrasaron al menos unas 50 casas.
El gobierno regional de Sao Paulo reiteró en su último informe el balance provisional de 36 muertos de la víspera: 35 en Sao Sebastiao y una niña en la localidad de Ubatuba.
El gobernador Tarcísio de Freitas, quien sobrevoló la zona afectada el domingo, decretó el "estado de calamidad" en esos y otros cuatro municipios para facilitar el despliegue de recursos.
Además liberó unos siete millones de reales (alrededor de USD 1,5 millones) para tareas de rescate. El gobierno nacional también puso fondos a disponibilidad para atender la emergencia.
Michelle Cesar, de los bomberos de Sao Paulo, indicó en entrevista a CNN Brasil que "cerca de 40 personas no han sido localizadas". El mismo cuerpo informó de 14 heridos que fueron socorridos.
Además hay unas 970 personas evacuadas y 747 desabrigadas, informaron las autoridades, que trabajan contrarreloj para socorrer a las víctimas.
Lula llegó a media mañana al estado, proveniente de Bahia (noreste) donde pasaba unos días de descanso, informó la TV Globo. Prevé reunirse con Freitas y dar una rueda de prensa en Sao Sebastiao, informó su despacho.
El mandatario, en el poder desde el 1 de enero, prometió en redes sociales "reunir todos los niveles de gobierno" para "atender heridos, buscar desaparecidos, restablecer las carreteras, conexiones de energía y telecomunicaciones".
"Mucha tristeza"
El municipio de Sao Sebastiao, en cuyas playas muchos paulistas pasaban el feriado de carnaval, fue el más golpeado: cayeron más de 600 mm de lluvia en 24 horas (más del doble de lo esperado para el mes), según las autoridades.
Imágenes difundidas por medios locales y usuarios de redes sociales mostraban ríos de lodo y escombros, carreteras inundadas, caminos costeros hundidos y autos destrozados por árboles caídos, entre otras evidencias de los daños.
"Lo que sucedió fue un fenómeno de la naturaleza que no veíamos desde hace muchos años", dijo a CNN Brasil Roberto Farina, director de comunicaciones de la Defensa Civil del estado de Sao Paulo.
Con las celebraciones del carnaval interrumpidas en Sao Sebastiao y en otras localidades, personalidades locales se movilizaban para ofrecer ayuda.
El chef Eudes Assis cerró por tres días su restaurante Taioba Gastronomia para preparar comida para los centenares de personas que perdieron sus viviendas por el temporal.
"En mis 46 años de vida, nunca vi nada parecido aquí (…) Las personas perdieron lo poco que tenían. Es un momento de mucha tristeza", indicó Assis en Instagram, anunciando la apertura de un sitio para donaciones.
Medio millar de socorristas, militares y policías trabajan en las labores de rescate, con apoyo de 31 maquinarias, siete helicópteros y dos aviones, detalló el gobierno estatal.
El ministerio de Salud anunció el envío de medicinas e insumos a las zonas afectadas, algunas de ellas incomunicadas por los deslizamientos.
Las lluvias intensas deben continuar en la región hasta la mañana del lunes, según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet).
Brasil sufre fenómenos extremos frecuentes, como en Petrópolis, Rio de Janeiro, donde murieron como consecuencia de fuertes lluvias más de 230 personas en febrero de 2022. Los científicos no descartan un vínculo con los efectos del cambio climático.
Las autoridades del estado brasileño de Sao Paulo dicen que por lo menos 36 personas han muerto por las inundaciones y deslaves que han azotado a la región, por lo que algunas ciudades tuvieron que cancelar las celebraciones del Carnaval anual. Vía Graphic News.