Estambul. Turquía decidió ayer poner fin a las labores de búsqueda 14 días después del doble terremoto del 6 de febrero, salvo en las dos provincias más afectadas: Kahramanmaras y Hatay, anunció Yunus Sezer, director de la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD). La decisión se tomó después de que no fue encontrado ningún sobreviviente en más de 24 horas.
El terremoto de magnitud 7.8 dejó más de 45 mil muertos en Turquía y la vecina Siria, según el último balance difundido ayer por la AFAD. Antier, 296 horas después del terremoto, se rescató a una pareja en Antakya, capital de Hatay.
En los últimos tres días, siete personas han sido sacadas con vida de entre los escombros, todas ellas en Antakya, incluido el hijo de la pareja, quien murió poco después de ser rescatado.
En la provincia de Kahramanmaras, donde se localizó el epicentro del terremoto, las posibilidades de sobrevivir se agotaron en Hatay pues el frío llegó a -15 grados centígrados en zonas elevadas.
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, informó que hay 105 mil inmuebles destruidos o dañados que serán demolidos. En Twitter, AFAD pidió a los damnificados no intentar entrar en las viviendas dañadas para recuperar bienes, “ni siquiera brevemente”. Agregó que ya se abrieron las “solicitudes de ayuda a la vivienda” , aunque el gobierno no ha especificado cuántas personas perdieron sus hogares.
El jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, llegó ayer a Turquía y anunció una ayuda suplementaria de 100 millones de dólares para las víctimas. El funcionario sobrevoló algunas de la zonas devastadas y llegó a la base aérea de Incirlik, habitada por mil 500 soldados estadunidenses.
La adjunta al representante especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Siria, Najat Rochdi, informó ayer que hay al menos 8.8 millones de personas afectadas por el terremoto sólo en Siria, donde se necesita más ayuda humanitaria.
El conflicto continúa siendo la mayor crisis de refugiados a nivel mundial. Más de 11 millones dependen de las donaciones. Activistas y rescatistas han denunciado la falta de auxilio de la ONU en el noroeste sirio controlado por opositores al presidente Bashar al Assad. El coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths, visitó la zona y reconoció que la ONU falló en la respuesta a las víctimas de esta parte del país.
Hasta la fecha, han llegado 140 camiones desde Turquía hasta las zonas rebeldes del noroeste de Siria. En esta región, más de 9 mil edificios quedaron destruidos o dañados por el terremoto y al menos 11 mil personas perdieron su hogar, por lo que necesitan urgentemente tiendas de campaña.