“La historia les debería enseñar que con su odio, su crueldad y su violencia son ellos mismos quienes se destruyen. Nunca ningún opresor termina bien ni ningún dictador triunfa indefinidamente”, declaró ayer el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, desde su exilio en Estados Unidos, informó el portal de noticias Confidencial.
Báez, quien esta semana fue despojado por el gobierno de Daniel Ortega de su nacionalidad junto con otros 93 nicaragüenses, reflexionó en su homilía sobre el evangelio que pide “no responder con violencia y odio” hacia quienes nos hacen daño.
De su lado, obispos católicos de Cuba expresaron su solidaridad con la Iglesia católica de Nicaragua, sus fieles y los excarcelados que fueron desterrados, y señalaron que se suman al clamor para que “se abra el corazón de los líderes políticos y de todos los ciudadanos a la búsqueda sincera de la paz, que nace de la verdad, la justicia, la libertad y el amor, y se logra mediante el ejercicio paciente del diálogo”, añadió Confidencial.