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2023-02-19 19:12

Carnaval de Chenalhó, memoria histórica e identidad

Los carnavales tsotsiles representan memoria histórica y la identidad de los pueblos originarios, pues tienen elementos tomados del Po Pol Vuh, señala el investigador Enrique Pérez López.
Los carnavales tsotsiles representan memoria histórica y la identidad de los pueblos originarios, pues tienen elementos tomados del Po Pol Vuh, señala el investigador Enrique Pérez López. Foto Elio Henríquez

Chenalhó. Cientos de habitantes de Chenalhó, presenciaron este domingo las actividades del carnaval que incluyó el ritual del corte de cabeza de dos guajolotes, precedida de carreras de caballos, cuyos jinetes en marcha les arrancan plumas.

El investigador Enrique Pérez López, originario de este municipio de los Altos de Chiapas, afirmó que los carnavales tsotsiles representan memoria histórica y la identidad de los pueblos originarios, pues tienen elementos tomados del Po Pol Vuh, el libro sagrado de los mayas.

El acto cumbre del tercero de los 5 días del carnaval tuvo lugar este domingo con el rito de los guajolotes que consiste en que dos de éstos son colgados en un lazo sobre la calle y cinco jinetes pasan corriendo debajo varias veces. En ocasiones se detienen, les arrancan plumas y se las ponen en la cabeza.

Antes de que las bestias crucen el punto en el que las aves están guindadas, un hombre con una máscara al revés pasa corriendo sobre un caballo de madera, lo que según Pérez López significa “un escarceo de bufones que imitan a los jamelgos de verdad. Los jinetes hacen la parte ritual, ceremonial y el que va en los de imitación, la parte humorística”.

Después de más de media hora, ante la mirada de lugareños, algunos trepados en azoteas, dos hombres con la cara pintada de negro y su vestido blanco tradicional, bajan a los guajolotes y los colocan en uno de los postes que sostienen el lazo y les cortan la cabeza.

Después, dos indígenas llevan los guajolotes para desplumarlos y otro dos se llevan las cabezas para recorrer el pueblo mostrándolas y asustando a hombre y mujeres desperdigados en el centro.

Enseguida, con los dos guajolotes sobre la espalda de un nativo, visitan la casa de los paxiones -cuatro entrantes y cuatro salientes-, responsables del K'in tajimol (la fiesta del carnaval, de los juegos) y hacen un rito de velación de las aves, sollozos incluidos, simulando que se trata de un ser humano, con un juego de palabras con sentido sexual y albures.

Después de la ceremonia las aves son destazadas para hacerlas en caldo que el lunes, en el penúltimo día del carnaval, será repartido entre autoridades y pobladores.

El carnaval de Chenalhó, dijo Pérez López, “tiene muchos fragmentos del Po Pol Vuh. Hablando del degüello de los guajolotes, por ejemplo, en el libro hay un momento cuando los gemelos bajan al inframundo, deciden pernoctar y se meten en unas cerbatanas para pasar la noche y luego uno de ellos asoma la cabeza para ver si ya amaneció y justo en ese momento le cortan la cabeza. Si tomamos en cuenta que dos guajolotes, que podríamos decir que son los gemelos, les cortan la cabeza y juegan con ellas; los señores del Xibalbá juegan con la cabeza del gemelo durante los juegos que se celebran en el inframundo. Esto pudiera ser parte de esta representación”.

Enrique Pérez, pasado paxión del carnaval de Chenalhó y actualmente director general de Extensión Universitaria de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, manifestó en entrevista que otro de varios elementos relacionados con la parte final del libro sagrado de los mayas está relacionada con las actividades que se realizarán el lunes.

“Los gemelos dicen a los señores de Xibalbá ‘ya nos vencieron, muelan nuestras carnes y las cenizas tírenlas al río’; después resucita y vuelven en forma de brujos y curanderos. En el carnaval del lunes, salen los personajes vestidos como curanderos y con el cuerpo pintado. Dice la gente: ‘nosotros traemos la medicina para curarlos a ustedes, al tiempo que pregunta de qué están enfermos. Pareciera que fuera la recreación de ese momento. Puedo ver como si fueran fragmentos y chispazos del Pop Pol Vuh que están presentes”.

Dijo que cada año son nombrados cuatro paxiones para realizar el carnaval, pero cada vez hay menos personas para desempeñar el cargo, ya que puede representar un gasto de 200 mil pesos o más por todas las actividades que deben de realizar.

En esta ocasión, por primera vez, un extranjero, el estadunidense, Benjamín Fash será paxión, derecho que se ganó por ser compañero de vida de María Dolores Arias, originaria de este pueblo. “Nadie quiere hacer el cargo de paxión que significa cargar con las responsabilidades del pueblo y mantener el sistema de organización comunitario”, dijo ella.

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