Desde hace cuatro años, el mercado bursátil mexicano arrancó una silenciosa, pero aún incipiente transformación, cuyo objetivo es convertir a México en un país de inversionistas.
Al cierre de 2018 se contabilizaron 269 mil 849 cuentas de inversión en casas de bolsa en el país, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Para 2022, fueron de alrededor de 4.8 millones, lo que representó un crecimiento de mil 678 por ciento.
Consultados por La Jornada, participantes del mercado bursátil mexicano afirman que la promoción, la educación financiera y la difusión que se ha realizado en los últimos años, obviamente con alcances que sólo la propia tecnología tiene, y se ha empezado a despegar del número de cuentas de inversión que por décadas permaneció estancado en 200 mil.
Pese al avance, el total de la población que invierte directamente en el mercado bursátil mexicano sólo representa 3.7 por ciento.
Para María Ariza, directora general de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), la participación de los mexicanos debería, mínimo, rondar 30 por ciento de la población (38 millones) en los próximos 10 años. En Estados Unidos invierte 60 por ciento de la población.
Uno de los inconvenientes, ahora, es que hay una enorme concentración de cuentas en dos casas de bolsa: Finamex y GBM.
“En GBM están haciendo su trabajo y están viendo un océano de oportunidades. Tenemos que transformar a México en un país que invierta no que sólo ahorre. GBM se puso ese objetivo y lo está haciendo”, asevera Ariza.
Rafael Baez, director general del área corporativa de GBM, confirma que el propósito de la casa de bolsa es convertir a México en un país de inversionistas, por lo que están enfocados en impulsar el potencial financiero de las personas y de las empresas en el país.
“En México no existía una base de inversionistas grande, pero desde hace cuatro años ha cambiado el panorama; el número de cuentas de inversión era de 250 mil cuentas. Actualmente, GBM tiene 4.4 millones de cuentas, lo que representa 92 por ciento del total en la industria en México.”
En el pasado sólo había ofertas públicas dirigidas a inversionistas institucionales (fondos de pensiones, Afore, fondos de inversión y aseguradoras, principalmente). Había esfuerzos para colocar con inversionistas retail asesorado; es decir, el que tomaba la decisión era el banquero de la persona que tenía su cuenta en una casa de bolsa. El año pasado, por primera vez, una persona, por voluntad propia, le dio click a la plataforma digital de GBM y puso que quiere invertir en la oferta subsecuente de Fibra Monterrey.
El mercado en México tiene que ser más profundo y que las colocaciones de las empresas puedan salir a levantar dinero, ya sea en acciones o deuda, no sólo de los grandes inversionistas, sino también de lo que le llamamos el retail independiente (inversionista).
Ante ello, GBM trabajó en un plan de comunicación extenso, aterrizando los conceptos financieros que pudieran ser poco comunes para el conocimiento del público inversionista, para que por primera vez invirtieran en una oferta pública, en este caso de la Fibra Monterrey.
En un video, con duración de dos minutos, GBM describió los beneficios del título, porque invertir en un contexto de alta inflación, porque invertir en un Fibra versus otros instrumentos.
“Aterrizar de una manera adecuada la tesis de inversión de la empresa, ayuda a que los inversionistas se entusiasmen. Por ejemplo, Fibra Monterrey paga dividendos mensuales; tiene la mayor parte de sus ingresos en dólares, un dividendo por arriba de sus comparables, etcétera”, precisa el directivo.
Debe cambiar el modo de hacer ofertas accionarias
No había en México este tipo de esfuerzos, la oferta del Fibra registró 250 mil interacciones con clientes interesados. Hace cuatro años hubiera implicado hablar con el 100 por ciento del mercado. Hoy es como el 5 por ciento de inversionistas en México en casas de bolsa.
La base en México era pequeña. Aproximadamente hubo 20 mil 700 interesados en la oferta y al final se recibieron 4 mil 320 órdenes, y de éstas, 71.5 fueron de inversionistas nuevos. Fibra Monterrey no sólo se benefició de inversionistas existentes, sino también de nuevos.
“O cambias el modo de hacer ofertas públicas accionarias en México o vamos a seguir igual”, sentencia Baez. Prevé que el nearshoring despierte el apetito por ofertas accionarias, por lo que seguirán replicando el modelo e invitarán a sus inversionistas a participar, no sin antes proveerles de información adecuada.
Por su parte, José Oriol-Bosch, director de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), destaca que el caso de la oferta subsecuente de Fibra Monterrey es un buen ejemplo del incremento que ha habido en el número de cuentas, pues fue la participación más grande que se ha tenido en una colocación.