Guadalajara, Jal., Al menos 31 cadáveres, casi todos desmemebrados, han sido extraídos de 80 bolsas de plástico encontradas en dos fosas clandestinas descubiertas en enero pasado en un predio del municipio de Tlajomulco, informó el fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez Ruiz, quien apuntó que los trabajos de exhumación continúan.
Dichas sepulturas están en el ejido Los Ocotes, en un área semirrural en la que desde finales de enero hubo evidencias de que se desenterraban cuerpos humanos, con presencia de policías, peritos y vehículos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, que aún están en el área.
“Por lo menos 50 por ciento de las víctimas localizadas, 15 o 16, son las personas que ya tenemos preidentificadas, con algunos datos para entrega a sus familiares”, dijo Méndez. Agregó que el proceso de identificación es “detallado” e implica seleccionar partes humanas encontradas en bolsas para reunir el cadáver de una persona.
Comentó que en este caso hay dos fosas cercanas entre sí; por eso se dividió al personal policial, ministerial y forense para avanzar “lo más rápido que se pueda”.
Sembradío de cuerpos
En el estado se descubrieron 48 fosas el año pasado, muchas de ellas como resultado de denuncias a colectivos de madres buscadoras. La fiscalía estatal dio a conocer que se rescataron 301 cuerpos de esos sitios.
La misma institución acotó que desde diciembre de 2018, cuando se inició la actual administración estatal, hasta el año pasado, sumaban 128 sepulturas clandestinas con mil 426 víctimas en su interior.
En 2021 se reportaron 23 fosas y 280 víctimas; un año antes, 27 entierros que contenían 544 cadáveres, y en 2019 se encontraron 36 excavaciones con 291 cuerpos.
En diciembre de 2019, primer mes de la administración que encabeza Enrique Alfaro –del partido Movimiento Ciudadano– se encontró una fosa con 10 cuerpos.
Desde que comenzó la gestión de Alfaro y hasta enero pasado se han hallado 56 entierros en Tlajomulco.
La zona metropolitana de Guadalajara es la preferida por los delincuentes para sepultar a sus víctimas. Después de Tlajomulco, los lugares más usados para entierros clandestinos en los últimos cuatro años han sido Zapopan (con 18), Tlaquepaque (15), El Salto (11) y Tonalá (seis), seguido de Lagos de Moreno, en la región Altos norte del estado, con cinco.