Aeromar es un ejemplo más de una empresa quebrada, pero cuyos dueños se enriquecieron mientras abandonaron a trabajadores y clientes, aseguró ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Luego de que la aerolínea anunció el miércoles el cese definitivo de sus operaciones, el mandatario aseguró en su conferencia de prensa mañanera en Palacio Nacional que es inviable su rescate, pues se trata de una empresa mal administrada, y adelantó que se presentará una denuncia por las deudas que tiene con el Estado.
“Es de esos casos en donde quiebran las empresas, pero no los dueños. Es como lo del Fobaproa: bancos quebrados, banqueros ricos. O sea, los dueños se fueron, creo que a Israel, y dejaron abandonada la empresa, con deudas, pero de tiempo atrás, mucho antes de la pandemia”, señaló López Obrador.
Agregó que ha girado instrucciones para buscar recolocar a los trabajadores de la aerolínea en otros puestos de trabajo y dijo que a los clientes de Aeromar se les devolverá su dinero o serán atendidos por otras empresas.
Deben hasta la renta
El jefe del Ejecutivo dijo que si bien la aerolínea quebró, sus dueños no fueron afectados y añadió que Aeromar no le pagaba a sus trabajadores y tenía deudas con el aeropuerto, el Servicio de Administración Tributaria, el Infonavit y otras dependencias. Estos pasivos no habían sido cobrados por el gobierno para apoyar a la aerolínea, reveló el mandatario.
Afirmó que “no es posible rescatar algo que tiene un pasivo altísimo. Deben hasta la renta de los aviones, deben combustibles. Es inviable en lo comercial”.
Por otra parte, aseguró que antes de que concluya el año la nueva empresa estará volando. “Ya viene Mexicana, va a volver a volar, nos faltan algunas cosas, se están revisando algunos bienes, que no haya conflicto legal, pero ya los trabajadores, tanto en activo, como los jubilados, aceptaron la propuesta y están contentos. Estamos a punto de llevar a cabo el acuerdo”.
A la pregunta de si el avión presidencial será parte de la flota de 10 aeronaves de Mexicana de Aviación, el mandatario se limitó a señalar que la venta de la nave ha sido muy complicada, porque “nadie la quiere comprar”.
Fustigó que sus opositores lo critican por no lograr vender el avión presidencial, pero no criticaron a los gobiernos anteriores por su compra, que calificó de “fraude administrativo”.
Añadió que mientras no se criticó la compra de avión en el sexenio de Felipe Calderón ni se criticó su uso en el de Peña Nieto, en el suyo se han presentado 50 amparos contra la construcción del Tren Maya y otros tantos en contra de las obras del aeropuerto Felipe Ángeles.