Julio Urías quedó decepcionado con la actuación del Tricolor en la pasada Copa del Mundo en Qatar. Ahora, como capitán de la selección mexicana de beisbol, el lanzador de los Dodgers quiere que la historia sea distinta para su país en el próximo Clásico Mundial.
El Tri rubricó una de sus peores actuaciones al quedarse fuera en la fase de grupos por primera vez desde 1978, cuando Urías todavía no nacía.
“En lo personal, como atleta y beisbolista esa es una de las razones por las que quiero hacer esto (jugar el Clásico)”, dijo en una videoconferencia. “Deseo mostrarle a esa fanaticada que quedó decepcionada que hay más deportes”.
Urías, de 26 años, nació en Culiacán, Sinaloa, en el Pacífico mexicano, donde el beisbol es tanto o más popular que el futbol.
Falta de reconocimiento
“No estoy en contra del futbol, por el contrario, incluso soy aficionado del América y me encanta. De hecho, crecí viendo futbol”, aclaró el pelotero. “Lo que siento es que los jugadores que estamos en Grandes Ligas no es por casualidad, hemos luchado duro por estar aquí y quizá no se reconoce”.
Aunque pocos jugadores mexicanos en Grandes Ligas son tan populares como los de la selección mexicana, Urías sería una excepción. En la temporada anterior tuvo una marca de 17-7 y una efectividad de 2.16 que le valió una invitación al Juego de Estrellas.
El pelotero fue recibido por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, gran aficionado a la pelota caliente.
Urías sabe que es la gran figura, pero se lo toma con calma.
“Es diferente el beisbol a otros deportes porque no ganas antes, tienes que salir a jugar nueve entradas y 27 outs ante equipos complicados y hay que dar el ciento por ciento, tratar de enfocarnos en lo que podemos controlar”, agregó.
La condición de figura en la rotación de los Dodgers parecía ir en contra de los deseos de México por tenerlo en el equipo. Pero Urías afirmó que no tuvo dudas. Aunque en 2017 pudo jugar y al final no recibió el permiso, ahora las cosas fueron distintas, y alineará con la novena nacional.