Los más de 15 mil libros que se encuentran en la librería del Fondo de Cultura Económica (FCE) en Lima, Perú, podrían ser “echados a la calle” en cualquier momento, debido a que la rectora de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) está empeñada en cerrar ese recinto, sin el aval del consejo universitario.
Con esta acción, el sello mexicano “no recuperaría su inversión inicial de casi 55 mil dólares”, dijo a La Jornada Marco Barrera Bassols, director de Asuntos Internacionales del FCE.
En noviembre pasado, esa casa de estudios solicitó el desalojo de las instalaciones que la editorial ocupa en la UNMSM desde hace casi tres años. El FCE ha tratado de dialogar desde entonces con la rectora Jeri Ramón, sin embargo, ella “busca a toda costa cerrar la librería”, pues apenas el 8 de febrero pasado envió una segunda carta para insistir en el cierre, detalló Barrera.
“La librería –añadió– estaba abandonada cuando nos acercamos con las autoridades de esa casa de estudios que, por cierto, es la institución académica más antigua de América Latina. Por esa razón nos interesó habilitar un espacio para nuestro sello mexicano, aunque sabemos que hay limitaciones porque las universidades cierran en periodos vacacionales y temporalmente se caen las ventas.
“Hubo un convenio con la universidad, no con una persona, que pactamos y cumplimos cabalmente. Somos una editorial que va a cumplir 90 años, no somos improvisados. Por lo tanto, la firma del acuerdo se cuidó mucho.”
El 30 de junio de 2020 se suscribió un contrato entre la UNMSM y el FCE Perú, con el que se establecen una serie de compromisos y procedimientos para la colaboración conjunta, entre los que destacan la oferta del local por parte de dicha casa de estudios, así como el costo del reacondicionamiento compartido. La vigencia fue de cinco años.
Sin embargo, puntualiza Marco Barrera, también se firmaron algunas cláusulas en caso de que se generara alguna controversia. “El tema es que hubo un cambio de sector. En 2021, se nombró a una nueva rectora de la casa de estudios peruana, a quien por alguna razón no le gusta la presencia del FCE; desconozco sus razones, pero quiere desalojarnos.
“Desde la primera ocasión que quiso expulsarnos, acordamos instalar una mesa de diálogo para resolver las diferencias, pero ésta nunca se llevó a cabo. Nosotros pensamos que la presencia del FCE en la universidad sería muy benéfica para los trabajadores, los maestros y los alumnos; ese fue el espíritu con el que se inauguró la librería.”
La librería se llama José María Arguedas, en homenaje al escritor, poeta, profesor y antropólogo peruano. El diseño del recinto fue realizado por reconocidos arquitectos mexicanos, así como del país sudamericano.
“No queremos que la librería cierre. No creemos que esa sea la solución. Pero lo que no puede suceder es que una empresa del Estado mexicano sea tratada de esa manera. Nos dedicamos al libro y al fomento a la lectura, por lo que sólo exigimos respeto a nuestra labor y a las actividades culturales que el sello representa.
“Los órganos colegiados de la UNMSM son los que deben valuar realmente la aportación de esta librería. Hemos sufrido algunos reveses, como la pandemia, la crisis política peruana, y ahora, que precisamente estamos reactivando nuestras actividades, sólo pedimos respetar los convenios e iniciar el diálogo”, concluye Barrera Bassols.