El mundo cultural se encuentra en vilo a la espera de que hoy se difunda el informe completo que ha preparado un grupo de peritos internacionales, con el cual se confirmaría que el poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973) fue envenenado.
La Jornada adelantó ayer que el sobrino y abogado del Premio Nobel de Literatura 1971, Rodolfo Reyes, reveló a diversos medios que “la bacteria Clostridium botulinum encontrada en su cuerpo no tendría por qué haber estado en la osamenta de Neruda; esto quiere decir que fue asesinado, que hubo intervención de agentes del Estado”.
La familia del autor confía en que la conclusión del peritaje forense no se postergue, como ha ocurrido en dos ocasiones, primero por razones técnicas y después por presuntos desacuerdos entre los especialistas. Reyes dijo a Prensa Latina que está convencido de que en la muerte de su tío hubo “intención de terceros. No hay duda: médicos fantasmas, certificado de defunción inexistente, una gran cantidad de botulinum en su osamenta, contradicciones, todo apunta hacia allá”.