Desde 2019, las importaciones de desechos plásticos sucios y contaminados de Estados Unidos a México crecieron en 121 por ciento, a lo que ahora se suma la instalación de plantas de “reciclaje” con una tecnología que ya no es aceptada en el país vecino por su inviabilidad económica, excesivo gasto de agua y alto impacto ambiental, señalaron Greenpeace y Fronteras Comunes, entre otras organizaciones.
Esto significa “la intensificación del colonialismo” a través de la basura plástica que manda Estados Unidos a México, advirtieron al señalar que la empresa estadunidense Direct Pack Recycling colocó una nueva planta de recuperación/reciclaje de PET en Mexicali, Baja California, para la fabricación de pellets y empaques termoformados (vasos, tapas, bandejas), financiada por la coalición The Recycling Partnership, integrada por Coca-Cola, Danone, Walmart, Nestlé y PepsiCo, entre otras empresas.
No es casual que dentro del contexto actual de la crisis plástica, las corporaciones más poderosas del mundo que se dedican a la industria de bebidas, alimentos o las petroquímicas, así como de bienes de consumo, sean las que conforman la coalición, sostuvo Marisa Jacott, directora de Fronteras Comunes.
La misma empresa en México Direct Pack Systems señala que su planta tiene una extensión de 18 mil 580 metros cuadrados con capacidad para tratar PET por más de 18 millones de kilogramos al año, mientras el uso de agua se estima en alrededor de 197 millones de litros de agua por año en una región con crisis hídrica, indicaron las organizaciones en un comunicado.
“El reciclaje de plástico requiere grandes cantidades de agua dulce que Mexicali no tiene y generará más contaminación. Tememos que sea el inicio de una migración de más tecnología contaminante debido a la política pública promovida por el Presidente de México que incentiva la importación de desechos plásticos del vecino del norte, sin importar las consecuencias ambientales y de salud”, estableció José Manuel Arias, coordinador de la Asociación Ecológica Santo Tomás.