Con un apretón de manos, el jefe de la misión gubernamental y el representante de la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN) sellaron el inicio del segundo ciclo de diálogos que se celebra en la Ciudad de México con miras al cese al fuego.
Con el acompañamiento garante de Brasil, Chile, Cuba, México, Noruega y Venezuela, las dos partes se sentaron ayer a la mesa, encabezadas por el comandante Pablo Beltrán, líder de la delegación del ELN para este diálogo, y por Otty Patiño, jefe de la representación del gobierno de Gustavo Petro, quienes destacaron la necesidad de incorporar en el proceso de paz a las comunidades más vulneradas por el conflicto.
Con esto se supera la tensión generada a finales del año pasado y principios de éste, cuando la administración colombiana suspendió el alto el fuego, dada la negativa de los rebeldes a cesar sus operaciones ofensivas mientras avanzan en las negociaciones de paz.
La agenda de trabajo incluirá, entre otros, temas como evaluación de la implementación de los acuerdos alcanzados en el primer ejercicio, redacción y aprobación de los ajustes de la agenda de Diálogos para la Paz de Colombia, pedagogía y comunicación hacia una cultura de paz, participación de la sociedad, cese al fuego bilateral y marco general para los acuerdos de acciones y dinámicas humanitarias.
Las negociaciones se realizan en la sede de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, en el sur de la capital mexicana –que fue el espacio donde se llevaron las discusiones que derivaron en el trascendente Tratado de Tlatelolco, firmado en 1967 y que representó la aportación de América Latina y el Caribe para el desarme nuclear– y se extenderán por al menos cuatro semanas.
El gobierno de México, que estuvo representado por el canciller Marcelo Ebrard, funge de garante de la mesa de diálogos de paz, en respuesta a la invitación extendida por ambas partes y como muestra de respaldo a la política de “Paz Total”, impulsada por el presidente de Colombia, quien en noviembre pasado acordó con su homólogo mexicano que nuestro país se sumaría a este proceso.
El comandante Beltrán señaló que en las negociaciones se acordarán los preparativos para el cese al fuego “bilateral, temporal y nacional”, y se definirán los pasos para dar alivio humanitario a las comunidades que más han sufrido a causa del conflicto interno en Colombia y que también lleven alivio a la privación de la libertad, incluidos los presos políticos.
Aseveró que “la mejor noticia” que se ha dado en su nación fue el estallido social de 2021. “Gracias a la rebeldía juvenil que tomó las calles de Colombia, el país vive un punto de inflexión en su historia, caracterizado por una movilización nacional que busca aplicar el mandato de cambio que dejó instalado el pueblo en las calles, por este torrente transformador llega a la Presidencia de la República el actual gobierno progresista y a este mandato de cambio también obedecemos en el ELN”.
De su lado, Otty Patiño afirmó que hay dos grandes temas a entrelazar: la participación de la sociedad en las transformaciones para la paz y el cese al fuego.
Apostó por que el alto el fuego genere “alivios permanentes y no treguas temporales”, por lo que llamó a las partes a producir hechos. El reto, remarcó, es disminuir las confrontaciones armadas y la hostilidad hacia la sociedad civil, no sólo en los territorios afectados (el ELN tiene presencia en alrededor de 200 municipios), sino en todo el país.