La Ciudad de México se convierte en un importante centro de trabajo a distancia. En diversas delegaciones y colonias, como el centro, La condesa, Roma, Tlalpan, Coyoacán y San Ángel se rentan viviendas para extranjeros que deciden vivir en esta megaurbe.
Además, un creciente número de turistas nacionales y extranjeros permanecen temporadas cortas en la ciudad para conocer sus bellezas y su cultura, lo que la convierte en uno de los lugares más visitados de México y de América Latina.
Nuestra urbe es una de las de mayor historia en el mundo y se puede comparar con Roma, Atenas, Estambul o Pekín. Su grandeza se desconoce quizá por lo que señaló Milan Kundera: la primera forma de dominar un pueblo es borrar su memoria.
Con la llegada de los europeos a este continente se despreció su pasado y se olvidaron datos y relatos de una gran civilización antigua.
La primera arquitectura monumental en este valle se edificó en el periodo preclásico, 800 años AC, con la formación de Cuicuilco y Copilco. Muestra de su grandeza es la pirámide frente a Villa Olímpica y otra enterrada en el Bosque de Tlalpan. Las construcciones de esa época están bajo lava, debido a la erupción del Xitle, ocurrida por el año 250 después de Cristo.
Para ponerla en contexto, Cuicuilco se desarrolló al mismo tiempo que la Grecia clásica, pero la falta de documentos, de difusión y el olvido histórico impiden conocer su grandeza.
Es hasta 1325 DC cuando se habla de la formación de Tenochtitlan, con los aztecas y su derivación en mexicas. De esta época existen mayores referencias, aunque no las suficientes.
En la Colonia y la Independencia ganó prestigio y se conoció como “Ciudad de los Palacios”, gracias a Charles Latrobe y Alexander Von Humboldt. Fue la urbe más grande e importante de América. Durante el siglo XX arquitectos, ingenieros, muralistas y artistas y técnicos también engrandecieron la ciudad.
Por estas razones y por su gente es que se ha convertido en un centro de interés para extranjeros que deciden permanecer en México.