Patrick Mahomes, un día después de coronarse en el Supertazón, caminó este lunes por los pasillos de Disney con la tranquilidad de haberse sacudido la presión que cargaba sobre sus hombros.
En el tradicional viaje que le otorga la NFL al Jugador Más Valioso de la temporada desde 1987, Mahomes, en compañía de su familia, lució con un semblante relajado. En caso de perder contra las Águilas de Filadelfia, las críticas iban a recaer en él. No fue así debido a su heroica participación.
Pat llevó a otro nivel a los suyos, pero, por el momento, consideró que prefiere “no hablar de dinastía, porque no hemos terminado”.
El pasador tuvo una épica actuación el domingo. Comandó la remontada de los Jefes en la segunda parte pese a una lesión de tobillo.
“Le dije a todo el mundo esta semana que no había nada que me alejara de este campo”, subrayó el mariscal, quien, por otra parte, reveló que la charla del medio tiempo sirvió para redirigir el camino.
“Todos los muchachos acordamos de que teníamos que dejarlo todo. Teníamos que disfrutar el momento y los muchachos respondieron bien.”
Con sólo 27 años, Mahomes suma ya los mismos títulos que leyendas como John Elway y Peyton Manning y se consolida como el gran heredero del recién retirado Tom Brady, muy lejos todavía, con un récord de siete trofeos de Supertazón.
Sobre Andy Reid, el egresado de Texas Tech, mencionó que “mientras sea nuestro entrenador, siempre tendremos una oportunidad. “Lo mantendré al menos un par de años más e intentaremos volver a este juego la mayor cantidad de veces que podamos”.
Travis Kelce, ala cerrada de los Jefes, manifestó que fue “agridulce” vencer a su hermano mayor Jason en el Supertazón. “Mentí a todo el mundo y dije que quería tener esta sensación de ganar a mi hermano, pero es un sentimiento bastante enfermizo”, afirmó el ofensivo, quien anotó el primer touchdown de su equipo.
“Lo siento por el grandote. Tuvo una gran temporada. Dejó su corazón, eso es seguro.”
Los Kelce fueron los primeros hermanos en enfrentarse por el trofeo Vince Lombardi y la madre de ambos, Donna Kelce, estuvo presente para felicitar a Travis y consolar a Jason, el centro de los Águilas que tiene también un título en su palmarés.
“Es frustrante”, reconoció Jason. “Simplemente no lo logramos”.
Por otra parte, el Super Bowl del domingo fue el tercer duelo por el título más visto en la historia en Estados Unidos, con un estimado de 113 millones de espectadores.
La final de 2015 entre Nueva Inglaterra y Seattle tiene el récord con 114 millones 442 mil televidentes, seguido de Seattle y Denver en 2014 (112 millones 191 mil).
Los números preliminares incluyen las transmisiones por Fox y Espn Deportes, así como el servicio en línea de la misma cadena ylos sitios digitales de la liga. Niel-sen’s Fast National data y Adobe Analytics proveen las cifras. En tanto, el espectáculo de medio tiempo de Rihanna fue visto por 118 millones de personas para convertirlo en el segundo con más vistas. La actuación de Katy Perry en 2015 tiene el récord de 121 millones.
Con información de Afp y Ap