La labor del personal del Instituto Nacional Electoral (INE) “ha generado gobernabilidad, paz social y una democracia vigorosa”, y “no merece una reforma que conculca sus derechos o, peor aún, elimina sus puestos de trabajo”, expuso ayer el presidente del consejo general, Lorenzo Córdova.
Se trata de personal profesional y calificado, y con la reforma electoral, conocida como plan B, desaparecerían casi 6 mil plazas, insistió en un video difundido en sus redes sociales.
Citó que, actualmente, más de 17 mil 500 personas trabajan en el INE, tanto en las oficinas centrales como en las 32 juntas locales y en las 300 juntas distritales, mientras el resto forma parte de la rama administrativa, incluyendo a casi 6 mil que atienden a la ciudadanía en los módulos.
Afirmó que, gracias al trabajo de su personal, el INE otorga valiosos servicios a los ciudadanos, entre otros la inscripción al Registro Nacional de Electores y la emisión de la credencial para votar con fotografía.
“La estructura permanente hace posible que los procesos electorales se celebren con una alta calidad técnica, profesionalismo y en condiciones de equidad y plena certeza jurídica”, así como con menos conflictos, manifestó el consejero presidente.