En cuatro años del actual gobierno -hasta noviembre de 2022- la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) otorgó 350 mil 223 solicitudes de refugio y protección a personas que en sus países corrían riesgo. El coordinador de esa dependencia de la Secretaría de Gobernación, Andrés Ramírez Solís, expuso que el gobierno atiende a ciudadanos de 119 países, y ese trabajo no significa una carga porque está inscrito en la ley.
En la sede de la Comar, en la colonia Cuauhtémoc, donde la escena de una nutrida fila de extranjeros se reproduce día con día, en espera de su turno para resolver sus solicitudes de refugio, el funcionario destacó que el permiso de la autoridad está expuesto a los abusos, de personas que lo demandan, pero lo usan como vía de tránsito a Estados Unidos. Con énfasis replicó a los señalamientos de los detractores de esa función:
“Colocar a la Comar como agencia de viajes es falso. La ley lo dice claramente, la persona que obtiene la condición de refugiado tiene que mantenerse en la entidad federativa donde la obtiene”.
Así, también al diferenciar las condiciones de asilo y refugio, Andrés Ramírez abundó sobre el espíritu de ambas, y alertó que “se corre el riesgo de que colapse el sistema de asilo, y eso es lo que tenemos que defender. Lo tenemos que fortalecer, porque si colapsa no podremos proteger”.
Así, dio a conocer que México ya ocupa el tercer lugar en el mundo con mayor número de solicitudes de refugio en el mundo, detrás de Estados Unidos y Alemania.
También confirmó que la presencia de ciudadanos Afganos en busca de refugio se ha incrementado exponencialmente desde el año 2021, ubicándose ya en el top 20 de ciudadanos de los 119 países que acuden a México a solicitarlo.
En el reciente enero los ciudadanos registrados en esa lista son Haitianos, Hondureños, Venezolanos, Cubanos, Salvadoreños, Guatemaltecos, Afganos, Brasileños, Chilenos y Nicaraguenses.
Al insistir en que las personas que reciben el estatus de refugiado no pueden salir de las entidades donde reciben la protección, adujo que para la Comar “es sagrado el refugio porque es un tema de personas que huyeron de sus países de origen al vulnerarse sus derechos humanos”.
Así Ramírez Solís señaló que el fondo del desplazamiento en busca de refugio debe ser la prevención, que los conflictos armados, militares y sociales, no signifiquen la causa para huir.
No obstante, insistió, México ha creado lazos de solidaridad, y ofrece la posibilidad de empleo y estancia segura a los solicitantes de refugio. Detalló qué hay disparidades en el fenómeno del desplazamiento, pues el 60 por ciento de las solicitudes se generan en el estado de Chiapas -uno de los más pobres en el país-, de ahí que se busque una solución para la movilidad a otras regiones del país, ofreciendo una mejoría en él vida de los solicitantes.
De ahí que puso sobre la mesa el cómo resolver esa complejidad: “cómo hacerlo sin afectar la ley. En la declaración de Los Ángeles los tres presidentes de Norteamérica hicieron compromisos en la política de reubicar a las personas en los estados del norte. Estamos avanzando en una estrategia de reubicación, vamos a llamar a los actores principales en marzo”.
También sus colaboradores, Shamir Grego, Germán Gutiérrez, y Rubén Jiménez, desglosaron el trabajo de recepción y organización en la Comar para dar respuesta a las miles de solicitudes de refugio. Y así Andrés Ramírez expuso que entre el presupuesto de esa dependencia, la la Comisión de la Frontera Sur disponen de un presupuesto de poco más de cien millones de pesos al año -lo cual a toda vista es insuficiente-, y la Acnur (de la ONU) coadyuva con recursos que sirven para contratar a 187 funcionarios.