Jerusalén. Miles de israelíes protestaban el lunes ante el parlamento del país antes de una votación preliminar sobre una propuesta de ley que daría más poder a los políticos para nombrar jueces, dentro de una reforma judicial propuesta por el gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
La votación del comité, que se esperaba tuviera lugar tras una sesión acalorada, daba comienzo a unos esfuerzos de Netanyahu y sus aliados que han dividido al país, provocado protestas masivas e incluso despertado la preocupación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Los manifestantes llegados en tren hasta Jerusalén llenaron las escaleras mecánicas en la principal estación de la ciudad y corearon “democracia” entre vítores y silbidos mientras ondeaban banderas nacionales. Unos cientos se congregaron en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, el lugar más sagrado donde pueden rezar los judíos.
En el parlamento, legisladores de oposición protestaban con vehemencia contra la propuesta sobre nombramientos judiciales antes de una votación en el comité que enviaría la propuesta para una votación en el pleno de la cámara. En una sesión accidentada, miembros de la oposición se subieron a la mesa de conferencias y gritaron mientras un importante aliado de Netanyahu trataba de celebrar la votación.
Miles de personas marcharon hacia la Knesset, la legislatura israelí, al día siguiente de que el presidente del país, una figura ceremonial, instara al gobierno a retrasar los cambios en la judicatura, que según los críticos debilitarán a la Corte Suprema israelí y erosionarán los equilibrios y garantías democráticas.
Muchos manifestantes llevaban la bandera azul y blanca israelí y carteles que condenaban lo que veían como un ataque a las instituciones democráticas del país. “¡Vergüenza! ¡Vergüenza!", coreaban.
Se celebraron otras protestas ante escuelas de todo el país.
Netanyahu y sus aliados dicen que los cambios propuestos hacen falta para poner freno a una judicatura con demasiado poder. Sus aliados y él asumieron el poder en diciembre tras las quintas elecciones del país en menos de cuatro años, después de menos de un año de gobierno de una coalición inestable formada por sus opositores.
Sin embargo, sus críticos afirman que la reforma judicial equivale a un golpe y destruirá la democracia israelí. También señalan que Netanyahu, que tiene pendiente un juicio de corrupción iniciado hace más de dos años, actúa motivado por un rencor personal contra el sistema legal y tiene un enorme conflicto de interés. Netanyahu asegura que es víctima de una caza de brujas de los fiscales y el sistema judicial.