En 2022, el crédito que otorga la banca a las personas por medio de préstamos de nómina o tarjetas alcanzó un portafolio vigente de un billón 217 mil 660 millones de pesos, lo que representó un avance de 17.6 por ciento comparado con la cifra reportada el año previo, que fue de un billón 34 mil 594 millones de pesos, demuestran cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
De los tres grandes segmentos del crédito que otorgan las instituciones del ramo –empresas, consumo y vivienda– fue el que mejor dinamismo tuvo a lo largo del año pasado, según muestran los resultados consolidados del sistema a lo largo de 2022.
El buen desempeño de este tipo de financiamientos se presenta en un año que estuvo marcado por los altos niveles de inflación, la disminución del poder adquisitivo de las familias, sobre todo las de menores ingresos, y la subida de tasas de interés impulsada por el alza que hizo el Banco de México (BdeM) a la tasa de referencia.
Si bien el dinamismo de los préstamos de consumo impulsó la cartera total de crédito de la banca, que cerró el año en 6 billones 238 mil 919 millones de pesos, cifra que representó un incremento de 12.4 por ciento respecto al cierre de 2021, analistas señalan que este 2023 se debe estar atento al comportamiento de la clientela, ya que los índices de impago podrían ir al alza.
Los datos de la CNBV indican que el índice de morosidad del portafolio de consumo se situó en 2.09 por ciento, lo que significó una disminución de 0.32 puntos porcentuales comparado al cierre de 2021, y que equivale a unos 29 mil millones de pesos.
Los seis bancos de importancia sistémica –aquellos que en caso de quiebra pondrían en riesgo la estabilidad del sistema– que son BBVA, Santander, Banorte, Citibanamex, HSBC y Scotiabank, cuentan con un portafolio conjunto de 961 mil 842 millones, es decir, concentran 78 por ciento de la cartera de préstamos destinados al consumo.
Según los datos del organismo regulador, el portafolio de las tarjetas de crédito sumó una cifra de 467 mil 416 millones de pesos, incremento de 20 por ciento si se compara con el cierre de 2021. Por su parte, el índice de morosidad se colocó en 2.61 por ciento (unos 12 mil 200 millones de pesos).
El segmento de los préstamos de nómina registró un portafolio de 323 mil 956 millones de pesos, monto 17.7 por ciento mayor en contraste a lo reportado en 2021. El impago se situó en 2.86 por ciento (el equivalente a unos 9 mil 250 millones de pesos).
Cabe recordar que de acuerdo con diversos análisis, estos dos tipos de financiamiento fueron utilizados por las personas cuando la inflación alcanzó su punto más alto el año previo como un medio para apalancar sus gastos.
Por su parte, el saldo de la cartera de préstamos personales se colocó en 199 mil 151 millones de pesos, lo que significó un aumento de 14.9 por ciento respecto al cierre de 2021, con una morosidad de 4.64 por ciento –la más alta en este tipo de financiamientos– que equivale a unos 9 mil 240 millones de pesos.